"¡Qué suerte que no tengamos olas de calor!". Esta es la reacción del sector turístico regional a un verano con más nubes que sol, que harta a los asturianos pero que maravilla a los visitantes. El orbayu y la niebla son dos de los principales atractivos del Principado fuera de sus fronteras y así lo demuestran las buenas cifras de ocupación en hoteles y casas rurales. Lejos de producirse cancelaciones de reservas, cuánto peor tiempo anuncian para Asturias, más peticiones reciben los alojamientos turísticos. Puede decirse que el sector saca buena cara al mal tiempo. "Los turistas no vienen a tostarse a la playa, sino que buscan refugio a las altas temperaturas que hace en el resto del país", asegura Fernando Corral, uno de los tres presidentes de la patronal hotelera Otea.

Los empresarios indican que mientras las malas previsiones meteorológicas les perjudican en Semana Santa o en puentes festivos, en verano sucede todo lo contrario. "Nos quejamos del tiempo en períodos vacacionales más cortos, pero en esta época del año nos beneficia que en Asturias haga fresco. Los clientes vienen huyendo de los desiertos en los que se ha convertido el sur y el centro de España", comenta Antón Puente, responsable de la cadena de hoteles Arcea. "En otras comunidades, la gente está asfixiada y se le cae la baba cuando ve el fresquín que hace en Asturias", señala el empresario somedano Adriano Berdasco, presidente de la Federación Asturiana de Turismo Rural (Fastur).

En ello están de acuerdo todos los empresarios turísticos del Principado. Ricardo Soto, de la Asociación de Turismo Activo y Albergues de Asturias, afirma que lo que más valoran los turistas es "poder dormir por las noches y hacer planes durante el día". Por su parte, Calo Soto, de la Escuela Asturiana de Piragüismo, confirma que los descensos del Sella siguen siendo masivos este mes julio, pese a la inestabilidad en los cielos. "Hay menos sol quizá, pero las temperaturas son agradables y no llueve mucho, que sería lo que más nos perjudicaría", sostiene.

En lo que va de verano, las ocupaciones cumplen las previsiones realizadas por el sector, según expresa Fernando Corral: "Se mantiene el crecimiento de pernoctaciones y de número de turistas como el año pasado". No obstante, la patronal Otea no oculta su preocupación por el "turismo incontrolado", del que advirtió el pasado mes la Confederación Nacional de Hoteles y Alojamientos Turísticos. Según los datos que aportó la organización, un 31% de los visitantes extranjeros no se alojan en establecimientos reglados, sino que alimentan la economía sumergida. "Es preocupante y constituye una amenaza", opina Corral.

Los hoteles recibieron en el primer semestre del año 707.303 turistas, lo que supone un aumento del 4,9% con respecto al mismo período de 2016. El crecimiento fue notable en el mercado internacional con una subida del 6,3% de visitantes. Junio fue el mes estrella, según el Instituto Nacional de Estadística, con un incremento de turistas del 3,6%.