La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MARY PAZ PONDAL | Actriz de teatro, cine y televisión, pasa sus vacaciones de verano en Gijón

"Hernández explica muy bien lo que está pasando en Siria, el espíritu de la guerra"

"Cuando actué en la cárcel de Santander, los presos se acercaron a un paso de mí y empezaron a aplaudir; pasé de estar aterrorizada a sentir una emoción enorme"

Mary Paz Pondal, con el mapa de Gijón detrás. ÁNGEL GONZÁLEZ

La memoria de Mary Paz Pondal (Oviedo, 1942) funciona con la mecánica ágil de una cinta de reproducción cargada de vivencias registradas desde hace 75 años. Hacia atrás, rescata un millar de anécdotas, conversaciones y recuerdos del cariño recibido a lo largo de su extensa trayectoria como actriz de cine, televisión y teatro. Hacia adelante, recita poemas, versos que le "llenan el alma" y que un día decidió hacer suyos en sus espectáculos sobre Antonio Machado, Federico García Lorca y Miguel Hernández. Con la mirada iluminada al descubrir las fotografías de los poetas en las paredes del Café del Ateneo de La Calzada, en Gijón, donde pasa unas semanas de vacaciones, recibe a LA NUEVA ESPAÑA para poner en marcha la cinta de su vida.

- Todavía se emociona al ver a sus poetas. ¿Echa de menos actuar?

-Mi amor por los poetas sigue intacto, pero he tenido mucho trajín últimamente. Descansar en mi tierra es lo que más me apetece del mundo, aunque Miguel Hernández me apasiona. Llevo interpretando sus poemas desde 1992 y he recorrido con él media España y buena parte de América del Sur, actuando en los sitios más inverosímiles que se puedan imaginar: universidades, colegios, residencias de mayores, cárceles...

- ¿Qué reacción despiertan sus actuaciones en las cárceles?

-Los reclusos se sentían muy identificados con Miguel Hernández porque él también estuvo en la cárcel, así que lo veían como a uno más. Recuerdo una vez en Santander que cruzamos el patio entre los presos. Empezaron a acercarse a nosotros y yo estaba aterrorizada. Cuando estaban a un "pasín" de mí empezaron a aplaudir. Sentí una emoción enorme.

- La poesía que interpreta describe la realidad de una época. ¿Los mayores también se sienten identificados con ella?

-Sí, muchos han pasado la época de Hernández y viven los espectáculos muy intensamente. Tengo un recuerdo de aquella gira imborrable: llenaban teatros de 800 plazas, y casi no puedo explicar las cosas que me decían. Una vez, después de hacer el espectáculo sobre Machado, se me acercó una viejita, muy mayor, y me dijo que había estado sirviendo con Machado, y que le quería mucho y solo podía darme las gracias por recordarle.

- ¿Dónde está la clave para llegar a los más jóvenes?

-Hace años, actué en el Teatro Jovellanos de Gijón ante público muy joven, y recibí una respuesta de las que se clavan en el corazón. Les gusta porque hago espectáculos sencillos y auténticos, donde cuento la vida de los poetas e interpreto su poesía. No leo nada.

- ¿Cuál es la diferencia entre leer e interpretar?

-Ha sido una lucha de toda la vida: había autores de gran prestigio, como Arrabal o el mismo Alberti, que leían los poemas, pero mi espectáculo es teatral 100%. Ese es un valor añadido muy importante porque, por muy bien que lea, solo al interpretar los textos me vuelco entera en las actuaciones.

- ¿Qué hay de Mary Paz Pondal en la poesía de Hernández, Machado o Alberti?

-Pongo en las interpretaciones mucho de mí. Su poesía me parece muy bella. En concreto, los poemas de Miguel, aunque los dio a conocer estupendamente Serrat, no están escritos para ser cantados, sino interpretados, incluso por él mismo, como su hermosa "Elegía a Ramón Sijé", en homenaje a su amigo fallecido. Otro poema suyo que me gusta mucho es "Los cobardes", que no es tan conocido como otros, pero retrata muy bien el espíritu de la guerra. Y "El niño Yuntero" podría ser escrito hoy mismo, cuando ves en la televisión a los niños de otros países -o del nuestro incluso- pasándolo tan mal.

- ¿Le preocupa la situación actual en Oriente Medio?

-Mucho. Me destroza por dentro y estoy muy triste por esa situación porque creo que tiene difícil arreglo porque el ser humano lleva dentro todo lo bueno dentro, pero también todo lo malo. Desgraciadamente, están pasando cosas que no deberían pasar. En "El niño Yuntero", Hernández explica muy bien una situación extrapolable, por supuesto, a lo que está pasando en Siria. Los jóvenes deberían conocer esta poesía que habla también de lo que pasaron nuestros padres y abuelos.

- ¿Por qué considera que los jóvenes no conocen esta poesía?

-Pienso que no hay acceso a ella. Seguro que hay gente a la que le guste, pero no quedan personas que la interpreten a nivel profesional. En eso sí que creo que puedo presumir de ser pionera con mis espectáculos; tendré que retomarlos más adelante.

- Alguna vez dijo que en Sudamérica eran más receptivos.

-Sí, estuve allí con Lorca y con Hernández y se sentían parte de esta cultura, me aplaudían mucho. En Guadalajara de México, hace 15 años, había cogido catarro y tosía en escena. Al día siguiente, me llevaron tantos remedios caseros que hasta hace poco los he tenido.

Compartir el artículo

stats