"Si no se pone orden, vamos a matar la gallina de los huevos de oro". José Luis Almeida, presidente de la patronal del turismo asturiano, OTEA, y coordinador de la mesa de turismo de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), advirtió ayer de que el sector lleva años avisando de la necesidad de regular las actividades que se desarrollan en el Sella. El objetivo, asegura, debe ser ofrecer un turismo de calidad en todos los ámbitos, y eso implica no sólo ordenar el descenso de las canoas, sino también acabar con los chiringuitos en las orillas del río y la falta de control que existe ahora. La patronal reclama un plan al Principado y a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, a quien pertenece el río, y la participación de los ayuntamientos y los empresarios para "mantener una actividad que ya es una seña de identidad de nuestro turismo activo".

La patronal turística ya denunció la situación de masificación y "descontrol" en el Sella en el verano de 2014. Entonces, según los datos que manejaba, el descenso en canoa lo practicaban unas 250.000 personas a lo largo del año. Posiblemente esa cifra esté próxima a duplicarse tres años después.

"Nadie puede decir que esto es nuevo. Ya sabíamos lo que pasaba y advertimos de que había que proteger el Sella. Es la actividad de turismo activo más demandada y la tarjeta de presentación más importante que tenemos ante el turista amante de la naturaleza y el deporte. Pero parece que nos hemos olvidado de los principios de sostenibilidad y calidad que defendemos para el turismo en Asturias", afirmó Almeida.

El presidente de la patronal del turismo regional aseguró que en 2016, "como no hubo manera de que se hiciera nada", se decidió a enviar cartas alertando de la situación: de que el Sella está desbordado, de que se instalan chiringuitos ilegales, falta control, y no hay instalaciones para ofrecer a los turistas unos servicios básicos, ni siquiera de botiquín o de aseo.

A través de la mesa de turismo de FADE se solicitó una reunión en la que participaron la Delegación del Gobierno, el Principado, la patronal y los ayuntamientos de Ribadesella, Parres y Cangas de Onís. En ella se acordó un plan de actuación para regular la instalación de chiringuitos y sus condiciones. Sólo funcionó en parte. "Ribadesella ha trabajado y cumplido bien, Parres ha avanzado mucho y donde no ha habido resultados es con el ayuntamiento de Cangas de Onís", aseveró Almeida. De ahí que pida que "el Principado debe poner los puntos sobre las íes y la Confederación Hidrográfica igual, que es la propietaria. Hay que elaborar un plan de calidad con una regulación de obligado cumplimiento, porque esto es un desastre", añadió.

El coordinador de la mesa de turismo de FADE insistió en que el Principado "tiene que proteger al sector y el esfuerzo que se está haciendo en esta región para captar turismo de calidad. No se puede permitir que se traslade esa imagen de dejadez absolutamente inaceptable que se está dando en el Sella", incidió Almeida.

La presencia de chiringuitos ilegales en el entorno del río "no es una novedad, sino un problema arraigado desde hace años" para cualquiera de los tres ayuntamientos cuyos términos municipales lindan con el río. Así lo reconocieron ayer a este periódico el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro; su homólogo en el concejo de Parres, Emilio García Longo; y Pablo García, primer teniente de Alcalde y concejal de Festejos del Consistorio de Ribadesella.

Los ayuntamientos

Sin embargo, sólo el entorno del Sella perteneciente al municipio riosellano está libre de chiringuitos irregulares, según su primer teniente de Alcalde, Pablo García, quien explicó que "el único puesto ilegal que había, fue precintado hace tiempo".

Por el contrario, los concejos de Parres y Cangas de Onís continúan conviviendo con puestos de vendedores ambulantes que "vuelven a instalarse allí cada día, una y otra vez, por mucho que enviemos a nuestros efectivos de la Policía Local a levantarles el chiringuito", justificó el Alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González Castro.

"Este año se ha intensificado la presencia de Policía Local en la zona: si otros veranos pasaban solo un par de veces, ahora lo hacen entre dos y cuatro a la semana", afirma el Alcalde cangués, quien reconoce que la medida "es insuficiente". De hecho, "solo cuatro chiringuitos cuentan con licencia para abrir en el entorno del Sella; el resto son ilegales".

Una situación similar se vive en el entorno del Sella correspondiente a Parres. Allí, solo un puesto ambulante tiene licencia, al estar situado a más de cien metros de la orilla y cumplir todos los requisitos que recoge la ordenanza municipal de venta ambulante, según el Alcalde Emilio García Longo. "Compartimos la preocupación de los empresarios y, desde luego, vigilamos continuamente para que no ocurra", asegura García Longo, quien incide en la necesidad de que exista "coordinación" entre las distintas instancias y municipios implicados para acabar con "una actividad que presta un servicio de forma inadecuada porque no cumple los estándares de calidad".