Son las seis de la tarde y en Villayón, a 17 de kilómetros de la costa cantábrica occidental, hace calor. En el centro de la villa se deja ver poca gente. "Esto es muy tranquilo", afirma el médico Álvaro Villalón en el consultorio de Villayón. Le toca guardia. No saldrá de las paredes de este recién inaugurado centro de salud hasta hoy a las 15.30 horas. Su jornada empezó ayer a las ocho de la mañana. Durante la mañana atendió a 21 pacientes. Desde las tres a las seis de la tarde, tuvo tres visitas, todas sobre dolencias leves. El enfermero Iván Pillado llegó a Villayón las tres de la tarde. También está de guardia y no volverá a su casa de Oviedo hasta hoy a las diez de la mañana.

Villalón y Pillado encarnan lo que es y lo que hace la red de profesionales y centros de atención primaria de Asturias, que el próximo 7 de septiembre recibirá la Medalla de Plata de Asturias. Un servicio sanitario de cercanías, 24 horas diarias, 365 días del año. Y todo ello sin los honores públicos que a veces recaen en sus colegas de los grandes hospitales.

Son dos profesionales sanitarios con distintas procedencias -Villalón de León y Pillado de Lugo-, que han apostado por ejercer en el ámbito rural asturiano. "Si se nos compara con los centros de salud de las ciudades, esto es un lujo. Otros compañeros están muy estresados. Nuestros riesgos están relacionados con las distancias que recorremos para atender a los pacientes y con la capacidad de reacción por los recursos", señala Villalón, quien ayer conoció, a través de la gerencia del Hospital de Jarrio, la concesión de la Medalla de Plata de Asturias. "Estoy sorprendido y encantado; necesitamos salir a la luz y un reconocimiento institucional", dice. A su lado, Iván Pillado asiente. Este lucense, asentado en Oviedo, sostiene que la atención primaria "es muy importante porque hace una labor preventiva y es muy accesible". "Aquí empieza todo", señala. "Si funciona bien un centro de salud, las urgencias de los hospitales no se colapsan", sentencia Villalón.

Enfermero y médico tienen 1.250 usuarios potenciales. Muchos son muy mayores y con dolencias crónicas. El doctor Villalón se ha tomado la molestia de repasar la pirámide poblacional del concejo: 200 personas tienen más de 80 años. Cualquier complicación de salud tiene que mirarse con lupa para evitar males mayores.

Afortunadamente, en el centro de salud de Villayón no hay listas de espera cada profesional dedica al paciente una media de 15 minutos. "No tenemos que andar mirando el reloj", dice Villalón. Eso sí, se esfuerzan para cumplir con las guardias y las distancias. Como no pueden garantizar los 20 minutos de espera en caso de urgencia, se quedan a dormir en el centro pese a que la presencia física no es obligatoria desde las 22 horas. Las distancias son otra cosa: anteayer, una visita a domicilio por una neumonía requirió hora y media de coche.