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La guía secreta de Asturias

Una senda para todos

Desde Campiellos, en Sobrescobio, parte una ruta accesible de 700 metros a través de un bosque que finaliza en un mirador sobre el embalse de Rioseco

Una senda para todos

Campiellos, en el concejo de Sobrescobio, además de guapo, es un pueblo con mucha historia. Hace un par de años recordaba uno de sus vecinos, Juan José González, que antes de la Revolución del 34 era éste un pueblo "muy rico gracias al trabajo común de sus habitantes. Había molino, una cooperativa con ferrería y tienda de ultramarinos y, en otra casa, un salón de baile y una biblioteca". Eso y la central eléctrica que se levantó en Los Aceales, allá por lo años treinta. "Traía tanta corriente que iluminaba al pueblo entero", recordaba.

Es este pueblo coyán, sin duda, singular, además de invitar a recorrer sus caleyas y disfrutar de los múltiples rincones que ofrece para los amantes de la fotografía etnográfica. Se encuentra apenas a cuatro kilómetros de la capital del concejo, Rioseco. De este pueblo parten varias sendas, entre ellas la de Los Cabornos o la que lleva al Picu Xamoca. Junto a estas dos se encuentra otra sencilla, amable y para todas las edades que, en unos agradables 700 metros de paseo nos interna en el bosque para conducirnos finalmente a un mirador con unas vistas espectaculares de la zona, con el pueblo de Rioseco y el embalse en primer término.

Ésta es una de las pocas sendas o rutas accesibles que hay en el Principado, apta para personas con movilidad reducida y también para ir con niños o personas mayores, pues, a lo largo de casi toda ella, va protegida por una barandilla de madera. La ruta parte de la zona alta del pueblo, donde llaman también a esta ruta el "camín del Rebollal". Va más o menos a la misma altura siempre, sin desniveles de importancia. Se camina con tranquilidad y disfrutando del entorno, buena parte con una sombra que se agradece en días de calor. A poco de iniciarse se encuentra el viajero una fuente mientras se va rodeando la ladera para, en poco tiempo, internarse en un precioso bosque de castaños y de robles. Aquí el camino se bifurca para facilitar el paso de gente con silla de ruedas o bien carritos de bebé, de tal forma que mientras unos van por uno de los caminos hacia el mirador, otros vuelven para el pueblo por el tramo paralelo.

El destino es ese balcón natural a Asturias desde donde, con tiempo claro, se pueden contemplar entre otros pueblos, los de Soto de Agues, La Polina, Ladines, Villamorey o Rioseco, además de la peña La Escrita, el pico Zalconera, Cuyargayos, el río Nozalín, Peña Yagos el picu Retriñón. Todo ello señalizado en un muy desgastado panel informativo donde se puede leer esta información. También allí está escrita en braille. Desde lo alto del pueblo también hay unas vistas muy guapas de todo el entorno.

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