La 61 edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA) se inauguró ayer con llamamientos al diálogo político por parte de las administraciones y con la coincidencia de los representantes de la administración central y el Principado en el tono positivo de sus discursos sobre la situación económica. La Feria abrirá sus puertas al público esta mañana, tras quedar ayer formalmente inaugurada por el presidente del Principado, Javier Fernández, quien defendió el "diálogo" frente a la "vetocracia" y sostuvo que Asturias está en plena recuperación económica frente al "discurso del declive y el antagonismo político paralizador", que cuestionó sin especificar los destinatarios de tal alusión.

La inauguración de la Feria fue, como cada año, una cita para empresarios y dirigentes políticos y representantes de instituciones asturianas. Las autoridades hicieron el paseíllo hasta el Palacio de Congresos de Gijón, donde fueron recibidos por una banda de gaitas. Poco antes habían tenido que escuchar la estridencia de los pitidos a la entrada del recinto ferial de varias decenas de manifestantes entre los que se encontraban los concejales de Xixón Sí Puede (marca de Podemos en Gijón), Mario Suárez del Fueyo y David Alonso.

Las únicas notas discordantes en la jornada fueron las que se escucharon a las puertas del recinto ferial. Dentro, la letra fue distinta, pero la música de todas las intervenciones fue la misma, en un tono conciliador y con tintes optimistas. El presidente regional dulcificaba la única discrepancia con el gobierno central, sobre la Variante de Pajares, señalando que "yo soy quien más puede comprender que para aprobar un presupuesto es necesario hacer concesiones"; la Presidenta del Congreso, Ana Pastor, apuntaba que "es verdad que algunas cosas van mal, pero Asturias y España están progresando"; el Ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, desgranaba compromisos inversores en Asturias y sus plazos y la Alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, agradecía al Ministerio y al Principado el consenso en el plan de vías. Todo ello con el anfitrión, el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño, apelando a la estabilidad política para propiciar "el desarrollo económico".

Javier Fernández apoyó su discurso en la afirmación que había pronunciado el presidente de la patronal asturiana, Pedro Luis Fernández, ante la asamblea de FADE e insistió en esa idea: que "la Asturias de hoy, con sus graves dificultades, es probablemente la mejor que hemos conocido" y agregó que de cara a los retos del futuro "no va a ayudar el discurso del declive y el antagonismo político paralizador".

Tras traer a colación las estadísticas sobre el descenso del paro en la región, el aumento de la confianza de las empresas y los proyectos de inversión de Arcelor, Ence y Bayer, pasando por los datos turísticos "históricos", el mandatario autonómico destacó que un cuarto de siglo después de la dura reconversión industrial de principios de los años 90, Asturias no sólo logró superar aquella etapa con una "economía tercializada" y mejoras notables en las comunicaciones, sino que también dio por superada una crisis más reciente, la financiera: "Estamos consolidando la recuperación y acumulando indicadores que justifican un optimismo razonable". Una situación que atribuyó a "la acción conjunta de la sociedad y del esfuerzo sostenido de todas las administraciones implicadas".

En ese sentido, abogó por que las tres administraciones avancen "de la mano, con respeto, cooperación y lealtad", como han hecho para desbloquear el plan de vías de Gijón y la puesta en servicio del túnel del metrotrén.

Javier Fernández también abogó por el entendimiento a nivel político en la Junta General del Principado para afrontar los retos que tiene por delante Asturias, como la mala calidad del empleo, el diferencial en los índices de crecimiento respecto a la media nacional, el insuficiente esfuerzo investigador, la tarifa energética de la gran industria y en especial el envejecimiento de la población, que es "la mayor amenaza", ante la que el gobierno regional planteará en otoño un pacto.

El presidente del Principado advirtió de que Asturias corre el riesgo de que la "vetocracia" acabe formando parte "de nuestra normalidad política", convirtiendo la diversidad parlamentaria "en una fragmentación yerma". Frente a ello mostró su disposición al acuerdo, señalando que "les aseguro que puedo llegar a invocar el mantra del diálogo como si fuera un monje budista", aunque no reciba respuesta, aunque matizó que "no extenderé cheques políticos que no pueda pagar".

Tras el acto, los asistentes se trasladaron en autobuses hasta el Palacio de Revillagigedo, donde compartieron un ágape.