"Es una tradición. Todos los años inauguro la Feria el primer día". Lo de Josefina Cantarino con la Feria Internacional de Muestras de Asturias, que ayer dio el pistoletazo de salida oficioso a su edición número 61 en el recinto ferial "Luis Adaro" de Gijón, es una cuestión de costumbres.

Todos los años, desde que sus hijas eran pequeñas, Cantarino acude al evento en su día inaugural. "Es el mejor día para venir", sentencia con aplomo, "hay menos gente y puedes disfrutarla más". Y habla la voz de la experiencia, la de una mujer que siempre acude "cinco o seis veces" cada edición. El porqué es sencillo. "Porque me encanta, me lo paso genial", afirma rotunda con las manos cargadas de bolsas repletas porque claro, una visita a la Feria sin comprar, parece menos visita.

Este año, Cantarino acude acompañada. "Venimos, miramos novedades, aunque cada vez hay menos, comemos por aquí y pasamos el día", explicita Maideluna Coletes, que también tiene sus tradiciones. "Siempre comemos un plato combinado, de postre el arroz con leche y también tomamos el café de manga", enumera la pareja, que asevera que "este año hay menos gente".

Con ellas coincide Carlos Cuervo, que ve una afluencia menor que en otros años, quizá por el día lluvioso. "Mejor, así hace menos calor y hay menos agobio, estamos más relajados, que si es para ponerme de los nervios, mejor me quedo en casa", esgrime. Para Cuervo, "todos los años es lo mismo, los productos que conocemos, no hay casi innovaciones", explica, aunque nunca pierde la oportunidad de acudir al recinto ferial, "a pasar el tiempo, de relax", confirma.

Sin embargo, hay quien sí acude a la Feria con un objetivo claro, previamente fijado. Es el caso de Coral Castaño y su pareja, Víctor Manuel Bravo, quienes fueron al recinto ferial "a comprar un coche". "Venimos porque suele haber mejores ofertas, de algunos vehículos en stock, y siempre se puede conseguir alguna rebaja", resume Castaño, "pero hay que venir el primer día porque si no las gangas vuelan". Aún así, Bravo apuntilla que "solemos venir todos los años, a no ser que la cosa de complique. Das una vuelta y siempre acabas encontrando algo que terminas comprando", arguye. Y lo hacen, además, acompañados de Al Capone, su perro de raza doberman. "Lo mejor es que nadie te dice nada, puedes ir a todos los pabellones con él que nadie se molesta, no como en otros sitios", explica Castaño, "además, hay bastantes zonas verdes que puede aprovechar", concluye.

Pero no solo asturianos hay en el recinto ferial. Sara Aparicio vista la Feria desde León "por recomendación de mis familiares asturianos", arguye, "es la primera vez que venimos y me esperaba encontrar más gente, pero sí que cumple las expectativas, es inmensa", enfatiza. Para Aparicio, lo mejor es "la cantidad de entretenimiento que hay, sobre todo para los que venimos con niños", en referencia a los pequeños Alberto Saldaña y Mario Parrado, de 6 y 7 años, que estuvieron en un stand en el que "nos disfrazaron y nos sacamos una foto y luego comimos algodón de azúcar", explayan los jóvenes. Porque para disfrutar de la Feria de Muestras, toda edad es buena.