Javier Vega de Seoane Azpilicueta nació en San Sebastián en 1947, pero se crió en Lieres (Siero), Oviedo y Gijón. Ahora es el presidente del Círculo de Empresarios y de la aseguradora DKV. Ingeniero de minas de formación, esta semana hizo un alto en las vacaciones que pasa en Colunga para ofrecer una charla en los cursos de verano de La Granda sobre la competitividad de la economía española. El Círculo de empresarios que preside celebrará su 40.º aniversario este septiembre con una serie de charlas sobre el futuro del país.
- ¿Hacia dónde debería de caminar España?
-En estos 40 años España ha sido un éxito político, económico y social, pero estos últimos años ha habido un deterioro muy notable, no sólo de la situación económica y social, sino también de la política. Los políticos están usando su energía en pelearse los unos con los otros. No se ponen de acuerdo y parece que el pacto es algo negativo. El PSOE lo que quiere no es que España vaya mejor, quiere cargarse al PP. El PP está metido en líos de corrupción y pérdida de credibilidad tremenda. Ciudadanos son demasiado noveles. Y los de Podemos quieren destruir todo lo que hemos conseguido. Por eso estamos ciertamente inquietos.
- ¿Y qué se debería hacer?
-Hacen falta dirigentes más capaces, más honestos. Hay que regenerar la confianza y necesitamos un proyecto que movilice a la gente. Es importante recomponer este proyecto común y España tiene una oportunidad porque estamos en un momento de grandes cambios. El problema es que buena parte de nuestros políticos está en modo de pelea. Toca una tregua y tratar de ponernos de acuerdo en los temas principales.
- ¿La mayor amenaza ahora es el referéndum catalán?
-No se celebrará porque el Estado de derecho va a funcionar. Y aunque se celebre esos resultados no tendrán ninguna base, será algo inútil y se hará el ridículo. En Cataluña hay que separar del resto a unos dirigentes irresponsables, que primero proponen un proyecto que es inviable, que divide a la sociedad, y que están usando las instituciones de todos para defender el proyecto de una parte minoritaria. Es una locura, un disparate que espero que termine pronto. Al final, todos los españoles tendremos que hacer un esfuerzo para recomponer esas relaciones.
- ¿Es competitiva la economía española?
-La competitividad de una economía como la española no proviene sólo de las empresas, es todo un ecosistema. El 40% del PIB es gasto público y si no tenemos un sistema público que sea eficiente es difícil que el conjunto de la economía lo sea. En el Círculo de Empresarios hacemos un barómetro de competitividad. España está en el puesto 33.º de 170 países. Hemos mejorado poquito a poquito, pero creemos que deberíamos estar entre las 20 mejores naciones del mundo.
- ¿Cómo se podría lograr?
-Lo que hacemos es mirar por quienes son los mejores en cada uno de los 32 indicadores que analizamos y que son los pilares del desarrollo. Por ejemplo, en educación vemos cómo lo hacen Finlandia, Austria, Suiza o Corea del Sur, vemos lo que hacemos nosotros y proponemos lo que hay que mejorar, que es lo que hacemos en las empresas. En turismo, por ejemplo, ya somos el país más competitivo del mundo. Ahí tendremos que ser nosotros los que exploremos formas de mejorar, pero en la mayor parte de los temas vamos por detrás. Estamos también bien en infraestructuras y en sanidad, nuestro sistema es uno de los mejores del mundo.
- Hablando de turismo, ahora hay una oleada de "turismofobia". Alguna pintada se vio en Asturias. ¿Qué opina?
-Las cosas hay que racionalizarlas, pero esta forma de protesta es un poco antisistema. El turismo es una bendición para España, es uno de los pilares que han facilitado la recuperación económica en España. Es un activo muy importante que estamos explotando muy bien. Probablemente, habrá que reconducir las cosas para que no tengamos en algunas zonas una sobreexplotación, habrá que buscar un turismo de más calidad, pero ir contra algo que nos está dando de comer es disparatado.
- Dice que el sistema educativo español flojea.
-No tenemos más que una universidad entre las mejores del mundo, la Autónoma de Barcelona. Eso es lamentable. También nos preocupa la situación de la Formación Profesional. Hemos hecho un estudio sobre la situación de los chicos de entre 24 y 35 años y lo hemos comprado con otros países. En España, la mitad tienen como formación Bachiller o menos; el 20% tiene FP y el 30% ha estudiado en la Universidad. Si lo comparamos con Europa, allí tienen un poco menos de universitarios, un 25%, un 15% de Bachillerato o menos, y un 60% de FP. La gran demanda que hay ahora de puestos de trabajo es de FP especializada. Y pese al paro que hay cuando los empresarios vamos a buscar personal no lo encontramos porque no tienen la formación necesaria.
- ¿Cómo cambiará el mercado laboral la robotización hacia la que se encaminan las empresas?
-Habrá una transición que seguramente generará problemas, pero si analizas la historia cuando hay una época de cambios siempre hay temor por el empleo, pero siempre surgen cosas nuevas. La sanidad, el turismo, el ocio van a crecer muchísimo. Es necesario que la gente esté continuamente reciclándose.
- ¿Qué hacer para atraer a la materia gris que se ha ido de España durante estos años de crisis?
-Estamos en una competencia global y dentro de este entorno tenemos que diferenciarnos para conseguir atraer inversión y gente que genere riqueza. Por ejemplo, si queremos que alguien invierta a largo plazo necesitamos dar estabilidad, que sepa que las reglas del juego se van a mantener. A pesar de que el ministro Cristóbal Montoro insiste con que tenemos un sistema fiscal muy bueno, y que diga que se han bajado los impuestos, en el ranking de competitividad fiscal estamos en el puesto 27.º sobre 35.
- ¿Asturias puede tomar alguna medida?
-El sistema político regional podría desarrollar elementos competitivos diferenciales. En el sistema educativo tuvimos un sistema de formación dual que ahora deberíamos de potenciar. Se pueden tomar medidas fiscales, como quitar el impuesto por patrimonio, dar ventajas al de sucesiones o donaciones. La Administración de Asturias es poco amigable con el mundo de la empresa y con la actividad económica. Habría que generar una dinámica para que las administraciones sean más proclives a apoyar cualquier actividad que genere empleo y riqueza.
- ¿Es partidario de que los salarios suban?
-No podemos tener una estrategia competitiva con salarios bajos. En un país rico, moralmente eso no va a funcionar. Igual que pasa en las empresas, no se puede gestionar un país con la gente cabreada. Nosotros creemos que las subidas salariales deben de estar unidas a la productividad, porque si no eso es sinónimo de más paro. Y estar en el paro es lo peor de todo, eso es terrible, es peor el paro que un salario malo. Con un sueldo bajo la gente ya puede integrarse en el mercado laboral e ir progresando.
