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VICTOR LADREDA | Director general de la Oficina Económica y Comercial para los Mercados de Habla Hispana de la Zona de Libre Comercio de Hengqin (China), lidera el programa "China Invierte"

"Lo más parecido a un asturiano es un chino: quieren que te sientas en casa"

"En España hay empresas que necesitan inversor, y China tiene el dinero; si se consigue el socio adecuado, no debería haber problema"

Víctor Ladreda, en Oviedo. MIKI LÓPEZ

Víctor Ladreda (Oviedo, 1974), director de la oficina comercial de la zona de libre comercio de Hengqin, en Cantón, ha pasado por Asturias para dar a conocer "China Invierte", un instrumento para conectar empresas españolas con necesidades de capital e inversores chinos. "En España hay empresas que necesitan inversor, y China tiene el dinero", afirma. Casado con una china y padre de un niño, lleva once años en Extremo Oriente. Todo son parabienes: "Lo más parecido a un asturiano es un chino, son gente extremadamente amable, que quieren que te sientas en casa y además hablan muy alto en los bares, como los asturianos".

- ¿Qué es la Nueva Zona de Libre Comercio de Hengqin?

-En el año 2009, el Gobierno de Pekín designa la zona de Hengqin, en la provincia de Cantón, como nueva zona especial para hacer comercio. En 2014, toma la decisión de que sea la zona especializada en los países de habla hispana y crea una oficina a través de una empresa de control estatal, en la que trabajan actualmente 65 personas. Tenemos una oficina representativa en Madrid y otra en Hong-Kong.

- ¿Hay mucha inversión de los países de habla hispana?

-El volumen no es alto. Ahora mismo en Hengqin tenemos más de 30.000 empresas registradas. La mayoría son empresas chinas, y luego de Hong Kong y Macao. Llevamos poco tiempo, por lo que el número de empresas de habla hispana son unas cien, media docena de ellas españolas. En noviembre haremos en Xengqin un foro China-Latinoamérica. Parte de mi labor es renuirme en españa con autoridades y empresas para explicarles el proyecto y que sepan que, si quieren hacer negocios en China, tienen una zona especial donde se les va a atender en español y hacérselo fácil.

- ¿En qué se puede invertir?

-Tenemos 72 sectores estratégicos. Hay sectores como la industria pesada, el metal, que no podemos tener allí, porque es una zona especial donde no puede haber actividad contaminante. No por ello dejamos de asesorar a esas empresas, a las que buscamos ubicación en otras zonas. Nosotros trabajamos los servicios, la tecnología -como la aeronáutica o las comunicaciones-, sanidad, turismo, desarrollo sostenible o servicios financieros.

- Cuando se habla de invertir fuera, la pregunta es ineludible. ¿Hay seguridad jurídica?

-Después de lo que le pasó a Wanda, a la que se promete una cosa y por un cambio de Gobierno tiene que vender un negocio de 300 millones, o a ICBC, que tiene problemas con la Guardia Civil, un chino podría pensar que España no es segura, cuando creo que es un país garantista. Lo mismo ocurre con China. No es habitual que las empresas extranjeras tengan problemas, pero eso no quita que pueda haberlos. En Xengqin se han hecho reformas, unas leyes especiales que garantizan la propiedad industrial y privada y el movimiento de capital, de forma que las empresas extranjeras estén más seguras.

- ¿Qué buscan las zonas especiales?

-Dinamizar zonas y sectores concretos. Tienes zonas en Shangai, enfocadas al comercio de producto, otras especializadas en el comercio electrónico. La de Xengqin tiene ventajas como los impuestos, que son del 15 por ciento, frente al 25 del resto del país. Si son proyectos estratégicos, con inversión importante y creciendo de empleo, el Gobierno puede eximir de pagar impuestos. Hay ayudas a fondo perdido para inversiones o para instalarse. Se pueden crear empresas con el 100 por ciento de capital extranjero, salvo en sectores como el sanitario o educativo.

- Se habla recurrentemente de la crisis china.

-España crecerá por encima del tres por ciento y se dice que es una maravilla. China lo hace al siete y está crisis. Algo no cuadra. Aquellos crecimiento del 10 o 12 por ciento eran extraordinarios. China ha conseguido una balanza comercial muy equilibrada, con una clase media pujante.

- La zona de Xengqin está ligada al gran proyecto de "La Ruta de la Seda del Siglo XXI". ¿En qué consiste?

-Es el mayor proyecto comercial de la historia, busca crear vínculos con otros países, con los que el comercio sea muy sencillo, y que tanto las empresas extranjeras puedan comerciar en China, como China en el extranjero.

- El proyecto "China Invierte".

-Es lo que me ha traído estos días a Asturias. China tiene claro que tiene que invertir fuera. En Xengqin hemos aprovechado las sinergias y creado un programa en el que a las empresas chinas que quieran invertir fuera, el Gobierno les aporta desde dinero a fondo perdido a ayudas en el pago de intereses, beneficios fiscales... En España y Latinoamérica hay numerosas empresas que tienen un proyecto y necesitan inversiones, o que quieren vender, o salir a otros países pero necesitan un socio con músculo económico. ¿Qué mejor que crear un pool para que las empresas españolas presenten su proyecto y las chinas puedan acceder a ese portfolio de empresas que buscan inversión? "China Invierte" es un programa de conexión.

- China está saliendo mucho.

-La inversión china en España es de 10.000 millones de euros, el diez por ciento de la inversión extranjera en el país. España le interesa a China. Atesora conocimiento, por ejemplo en obra civil, y China tiene el dinero.

- La entrada de capital extranjero despierta recelo.

-Siempre. Tienes que tener un control sobre tu socio. En España hay más de 300 empresas chinas, más de 40 multinacionales, y haciéndolo bien, creando mucho empleo. De China tenemos una imagen de subdesarrollo que no se corresponde con la realidad. Si las empresas asturianas consiguen un socio adecuado, no deberían tener ningún problema. El Gobierno español está trabajando de una forma proactiva para captar inversión china.

- ¿Qué le ha dado China?

-Yo siempre digo que lo más parecido que me he encontrado a un asturiano es un chino. Es gente extremadamente amable, que quiere que te sientas como en casa y además hablan muy alto en los bares, como los asturianos. Son muy familiares, algo que me encanta porque aquí se está perdiendo, ver a las familias con los abuelos, los nietos, y los mayores en el lugar de honor. Pero además es un país con encanto, con grandes ciudades, pero también zonas sin desarrollar, un país realmente interesante para conocer.

- ¿Y la industria turística?

-Es la primera del mundo por volumen de movimiento interno. Y es el primer país emisor del mundo, con una clase media ávida de consumir. Una de las cosas que les interesa de España es que somos el primer país en cuanto a tecnología turística. Tienen mucho turismo pero no saben cómo organizarlo. Se están produciendo muchas entradas en empresas españolas del sector.

- ¿Y ese prejuicio que tenemos en España de lo de trabajar como chinos?

-Los chinos, sobre todo de Qingtian, llegaron como los españoles que iban a Alemania o Suiza, con una mano delante y otra detrás, sin ninguna formación y a trabajar muy duro. Muchas empresas que quieren ir a China piensan que se van a encontrar al chino del bazar. Pero ese perfil ha cambiado. En España, las segundas generaciones quieren trabajar ocho horas al día y disfrutar del tiempo libre. Se han españolizado. Ya hay una asociación de empresarios chinos en España que juegan al golf.

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