Antonio Trevín (Avilés, 1956) anunciaba el martes que dimitía como diputado del PSOE como consecuencia de sus discrepancias con la nueva dirección socialista, pese a que inicialmente había apoyado a Pedro Sánchez. El veterano socialista fue alcalde de Llanes, diputado regional, presidente del Principado, Delegado del Gobierno y diputado nacional. El maestro Trevín no volverá a las aulas. En septiembre se estrenará en el ámbito de la empresa privada pero, de momento, opta por la discreción en este aspecto. "Estoy ilusionado, porque es una nueva etapa y muy diferente después de 41 años cotizando como funcionario".
- Primero apoyó a Pedro Sánchez, después no y ahora dimite. ¿Qué ha descubierto que le ha hecho cambiar de opinión hasta el punto de irse?
-No comparto la estrategia. Hay un hecho indiscutible: quien tiene la mayoría tiene la legitimidad, luego el cambio de estrategia es legítimo, pero se puede discrepar, por ejemplo, en el cambio de estrategia donde ya se habían fijado posiciones, como con el Tratado con Canadá. Me quedaban dos años que me podía haber quedado para calentar el sillón, pero yo soy de ejercer y cumplir con mis responsabilidades. Una de las grandes virtudes de la democracia es el respeto a la discrepancia, pero sabiendo que se debe de llegar a acuerdos, sobre todo en materia de Estado. Por ejemplo con Cataluña. Ahí se necesita un nítido acuerdo de Estado.
- ¿Puede explicar qué es la plurinacionalidad?
-Me cuesta entenderlo y por eso tenemos confundido al electorado socialista fuera de Cataluña. A la izquierda en España nos falta una conciencia clara para defender sin complejos qué significa España. La izquierda republicana, los socialistas y los comunistas, incluso en el destierro lo tenían muy claro y tenían como referencia España. Ahora, si no se ha perdido, no estamos sabiendo trasladarlo de forma clara y tenemos confundida a la militancia socialista española en este aspecto, cuando el PSOE es el único partido que lleva la e de España en sus siglas.
- ¿Por qué abandonó a Pedro Sánchez?
-Pedro Sánchez es mi secretario general. Lo apoyé en las primeras elecciones y lo acompañé hasta que planteó la propuesta alternativa con Ciudadanos y el apoyo con Podemos. En ese momento fue cuando hubo una alternativa real a un gobierno del PP, con acuerdos amplios y transversal. Pero a partir de ahí, ni entendí ni compartí su estrategia. He defendido lo que creía en cada momento.
- ¿Se abstendría de nuevo como hizo para que Rajoy fuera presidente del Gobierno?
-Volvería a votar la abstención. La política eficaz para los ciudadanos es el arte de hacer de lo deseable lo factible con los medios de los que se dispone. No formo parte del comité federal, y fue una decisión personal que tomé por total convicción, porque España estaba en un empantanamiento político en el peor momento posible.
- ¿A qué se refiere?
-Hay un clima político español y europeo que propicia el escepticismo de la población con el sistema democrático y eso favorece que afloren los populistas. Los españoles, además, habían apostado por la pluralidad, y eso exige una cultura de acuerdos y compromisos con la estabilidad. Y no había posibilidad de una alternativa al PP porque la llave era el PNV, que siempre dijo muy claro que con Podemos no iría a ningún lado.
- ¿Qué cree que hubiera pasado en unas terceras elecciones?
-Era lo peor para España. Soy muy de Ramón Rubial, y él siempre dijo que primero España y después el PSOE. Además, creo que hubieran sido muy malas también para el PSOE. Tras la investidura de Rajoy, en una cena con una treintena de diputados socialistas y en un clima entre el estupor y el pesimismo, dije que unas terceras elecciones con los mismos candidatos no eran viables. Pero ya antes le había dicho a Javier Fernández (secretario general de la FSA y entonces presidente de la gestora) que yo no me presentaría a unas terceras elecciones porque no sabía cómo explicar que las otras dos habían sido de mentira. La primera obligación de cualquier diputado es dotar al país de un Gobierno, sin que eso suponga apoyar al de Rajoy, que es muy malo para España como me enorgullezco de haber denunciado con fuerza en el Congreso de los Diputados.
- ¿Se acerca demasiado el PSOE a Podemos?
-El PSOE tiene que evitar que se le contagie el virus de Podemos, que tiene tres características: la primera es un discurso de indignados por sistema; la segunda, la utilización de las redes con tintes de resentimiento, y la tercera, las estrategias políticas cortoplacistas.
- ¿Cree que ya hay cierto contagio?
-Aparecen algunos hechos que reflejan que estos síntomas pretenden florecer en algunos ámbitos del PSOE, y hay que erradicarlos. Hay que tener el partido cohesionado para las próximas elecciones, y esos tres síntomas llevan a la división, no a la unidad.
- Usted dijo que no soporta el clima interno del PSOE.
-Echo de menos la fraternidad que había en el partido y que se ha perdido. La prioridad de un partido político debe ser su cohesión, porque si no se le ve unido, pierde votos. Es verdad que todos debemos contribuir, pero quien más esfuerzo tiene que hacer es quien tiene la mayoría. Y mi sensación no es esa. Espero que lo sea en el futuro.
- ¿Qué le parece que Adriana Lastra sea la número dos del PSOE?
-Tiene las mismas responsabilidades que Alfonso Guerra en los años ochenta.
- Eso se puede interpretar de varias maneras.
-No diré nada más. Hace muchos años que me hice el firme propósito de no convertir a un compañero en un enemigo.
- ¿Va a votar en las primarias de la FSA?
-Sí. Ha habido cambios radicales en los últimos cuatro años y eso exige que la FSA actualice su proyecto político, social y económico. Y eso exige una propuesta muy valiente en el ámbito reformista. Necesitamos modernizar el partido y actualizar nuestro programa, y creo sinceramente que eso exige un cambio que sólo Josechu (José María Pérez) puede hacer. Él es quien tiene una visión más moderna de la sociedad asturiana, más actualizada de las necesidades de cambio del partido y un profundo respeto por las raíces y valores tradicionales. Y sabe que el equilibrio territorial tiene que ser una seña de identidad para el PSOE asturiano.
- ¿Y Adrián Barbón?
-Todos mis respetos para él, que le conozco desde que era un adolescente. No es mi elección, pero no voy a dar ni un solo elemento negativo. No tenemos que reafirmarnos demonizando al adversario. Es un síntoma de "podemización".
- ¿Estas peleas en la izquierda favorecen al PP y a Ciudadanos?
-Ésa es la estrategia de Pablo Iglesias con Podemos: dividir al país en el bloque de izquierdas y de derechas, y tratar de llevar a los ciudadanos a ese enfrentamiento. No hicimos la Transición para esto. También diré que en el PP también hay familias, pero son más discretos.
- Acusan al PSOE de haberse derechizado.
-Lo fundamental es la estrategia política, y Pablo Iglesias se encontraría muy cómodo en una izquierda en la que emergieran los personalismos. En los años 30 del siglo pasado ya hubo de eso. Los políticos deben estar para estabilizar la democracia y dar solución a los problemas de los ciudadanos.
- ¿Y Javier Fernández? Le acusan de tener Asturias paralizada.
-Es el político socialista en activo con más sentido de Estado y un fondo ideológico mejor trabado y más riguroso. Estas características le vienen de sus profundas raíces socialistas a las que se suma la valentía de saber interpretar esos principios para dotar a España de soluciones que a largo plazo benefician a todos los ciudadanos. Esos principios son los que hicieron al PSOE fuerte. ¿Que tiene Asturias paralizada? Eso lo dice quien pretende maniatarlo en la región. Hay sectores de Podemos a los que les pierde el antisocialismo y quien mejor refleja al PSOE de siempre con un proyecto actual es Javier Fernández, y por eso es su diana.
- También fue diana del PP.
-Hubo un momento en que el PP y Podemos llegaron a la conclusión de que había que aniquilar al PSOE y que podían. Pero los sueños, sueños son.
- ¿Su mejor recuerdo en tan amplia vida política?
-Siendo alcalde. Pero cada uno de los cargos que ocupé fue un máster impagable. Siempre estaré por ello en deuda con el PSOE y con los ciudadanos que apoyaron las candidaturas en las que me presenté.
