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Fomento tardará en equipar los túneles de la Variante el triple que en excavarlos

Con los plazos del Ministerio, el paso ferroviario abrirá 12 años después del final del calado, bastante más tarde que otros tubos más largos

La embocadura de los túneles de la Variante en Lena. J. R, SILVEIRA

Si los planes del Ministerio de Fomento son al fin los buenos, cuando llegue 2021 la Variante de Pajares habrá consumido en la tarea de equipar y abrir los dos túneles cerca de tres veces más tiempo que en calarlos. Las tuneladoras empezaron a horadar la peña en un lejano junio de 2005 y casi cuatro años exactos después, en julio de 2009, había salido al otro lado de la montaña. A lo mejor parecía cerca el final, se diría que había pasado lo peor, pero la labor del "amueblado" interno de los tubos no estará terminada hasta 2020 ni permitirá el paso de trenes comerciales de viajeros, sostiene Fomento, hasta algún día de 2021, doce años después de la retirada de las máquinas que agujerearon la Cordillera.

Entre una fecha y otra, en esa docena intensa de largos y agitados años, la obra ha tenido que atravesar filtraciones de agua, ríos drenados y fuentes secas, laderas que se mueven, disputas con las empresas, discrepancias políticas sobre el ancho de las vías y el tipo de tráfico que deben soportar y un largo etcétera de problemas irresueltos, una crisis económica y un vía crucis de plazos con tendencia a ser devorados por la cruda realidad de la Variante.

No hay dos obras iguales, y ésta se ha enfrentado en su camino a un inagotable repertorio de obstáculos de casi toda naturaleza, pero no sale del todo bien parada de algunas comparaciones. El túnel de San Gotardo, que atraviesa los Alpes suizos con una longitud de más de dos variantes de Pajares, 57 kilómetros a una profundidad de 2.300 metros incomparables con los aproximadamente mil del paso asturleonés, empleó siete años de excavación y consumió menos tiempo, seis, entre el final del horadado y la puesta en servicio. Sin necesidad de salir al extranjero a la búsqueda de ejemplos, los tubos gemelos del Guadarrama, otra obra de este siglo que incluso después de abierta la Variante mantendrá el liderazgo entre los túneles ferroviarios más largos de España, se calaron en algo menos de tres años y sus 28,3 kilómetros habían quedado listos para la circulación de los trenes algo más de dos después del final del horadado de la montaña. Según el calendario de más reciente divulgación, la Variante abriría a pasajeros en 2021 y estaría equipada y lista para los trenes de pruebas un año antes, muy lejos en todo caso de aquel 2009 en el que en Lena se aplaudía la luz al otro lado del túnel.

Fomento se ha defendido de las últimas críticas por el retraso asegurando que no hay punto de comparación entre obras diferentes ni el plazo de finalización depende solamente de la longitud del recorrido. El caso es que un vistazo por el retrovisor a los plazos que ofrecía el Ministerio nada más finalizar la excavación los grandes agujeros produce un cierto vértigo si se releen las informaciones sabiendo lo que se sabe en 2017. El Gobierno se daba en el otoño de 2009 tres años de plazo para equipar y abrir los tubos. Pasaron esos tres y otros cinco más y la multiplicación de los obstáculos mantiene diáfanos, sin vías ni obras, los tubos en la vertiente asturiana, pendientes los de la leonesa de levantar kilómetros de carril ya instalado para cumplir el compromiso del Gobierno de cambiar, haciendo suyos los requerimientos de Foro Asturias a cambio de su apoyo a los presupuestos, el ancho ibérico por el estándar o internacional.

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