"Estamos muy agradecidos por las muestras de cariño recibidas, desbordados", reconocía ayer Emilio Ballesteros Baños, hijo del fallecido Emilio Ballesteros Castro, primer alcalde de la democracia cuyo funeral se celebró ayer en Nava. Emilio Ballesteros hijo asegura que "todo son buenos recuerdos" de su padre, y que toda la familia se ha sentido muy arropada en estos duros momentos. En el funeral quedó claro que Ballesteros Castro fue un hombre muy querido en Nava, donde dejó una profunda huella tanto como persona como como médico y también como alcalde.

A su despedida acudieron el expresidente del Principado Pedro de Silva, con el que Ballesteros fue consejero de Interior. También la consejera de Desarrollo Rural, María Jesús Álvarez, para quien el finado "deja un gran vacío", y alcaldes de la Comarca de la Sidra como los de Colunga (Rogelio Pando) o Villaviciosa (Alejandro Vega), así como varios miembros de la corporación naveta, compañeros de partido en el PSOE y vecinos. Unos y otros apoyaron a los hijos del fallecido (Emilio y Julio), a su nuera (Begoña Terán) y a sus nietos (César y Carlos).

"Le recuerdo como una persona desinteresada porque no cobraba en la consulta. Era médico de vocación", aseguraba la vecina Rosi Cueto, que coincide con Olga Redondo: "era una excelente persona, gran médico y muy cercano". Salustiano Terán añade que cuando veía que había necesidad en una casa, "dejaba debajo del tapete el dinero que les había cobrado por la visita". El cronista oficial de Nava, Leocadio Redondo, coincide en que era "una excelente persona, buen médico y alcalde". Para Humberto Vigil, presidente de la parroquia de Pandenes (Cabranes), fue "el médico de las clases humildes".