La Secretaría General de Pesca va a reforzar a partir del lunes el operativo de inspección de la pesquería de bonito del norte con un helicóptero, que se sumará a otros medios de inspección aérea y a las patrulleras que supervisan la actividad de los arrastreros de Francia e Irlanda, además de alguno de Portugal, que pescan los túnidos cerca aunque fuera de las aguas territoriales españolas con artes semipelágicas, legales en aguas comunitarias pero prohibidas en aguas territoriales españolas. La flota artesanal asturiana se ha quejado de la actividad de los arrastreros, denunciando que están tirando al mar como descartes los bonitos de tamaño pequeño y mediano, machadados por las redes y prácticamente sin posibilidades de supervivencia.

El secretario general de pesca, Alberto López-Asenjo, que el miércoles refrendó las quejas de los pescadores asturianos sobre los descartes de los arrastreros, anunció ayer el reforzamiento de las labores de vigilancia e inspección "con el fin de asegurar que dicha pesquería se ajusta a la normativa de la UE, teniendo en cuenta las peticiones del sector al respecto". Desde la secretaría general de pesca añadieron que "con ello, se quiere subrayar, una vez más, el compromiso de la Secretaria General de Pesca para con el cumplimiento de la normativa comunitaria por parte del arrastre pelágico llevado a cabo por pesqueros de bandera de otros países, así como de la legislación española por parte de nuestra flota". Además de las patrulleras y medios aéreos, en el dispositivo también participa el buque hospital "Juan de la Cosa".

La tensión que se vive en el sector está motivada en buena medida porque a estas altura de la costera del bonito, aunque la pesca para la flota española no está resultando mala, si está en niveles inferiores a los del año pasado. Los pescadores asturianos atribuyen la situación el uso de las artes poco selectivas de los arrastreros extranjeros. El bonito se está pescando actualmente frente a Galicia y en una franja entre Asturias y Cantabria.