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Un nuevo mapa de titulaciones, pero ligado a "una estrategia de desarrollo regional"

"El Principado debería tener opinión" sobre qué títulos se adaptan a sus planes para el tejido productivo de la región, apunta Juan Vázquez

En Asturias, al levantar la mirada hacia el futuro, la Universidad encuentra alguna necesidad de replantear su cartelera de titulaciones, pero ha de hacerlo orientándose con una brújula muy concreta, ligando la reforma de la oferta "a una estrategia de desarrollo regional". La propuesta del exrector Juan Vázquez toma asiento en la tertulia universitaria de LA NUEVA ESPAÑA y se asocia a una demanda dirigida al Gobierno del Principado. El Ejecutivo "debería decir algo, tendría que tener opinión" sobre lo que quiere de la Universidad y acompasar su reforma a la del tejido productivo de la región.

Los rectores reunidos tienen su planteamiento, pero la iniciativa valiosa debería ser aquí, perseveran, la de la Administración autonómica. "La Universidad tiene autonomía, pero el Gobierno también debe marcar la trayectoria y mostrar una cierta capacidad de proposición", coinciden Vázquez y el rector actual, Santiago García Granda. Por si sirve como pista, en la visión de Juan Vázquez van a seguir funcionando las denominadas materias STEM, acrónimo inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. "Y la Informática, y todo lo relacionado con el big data", agrega García Granda, quien, sin embargo, entiende que una excesiva especialización de la Universidad en el territorio donde se asienta tampoco es positiva. "Nuestras titulaciones deben tener un horizonte mucho más amplio" que el regional, apostilla.

"El mercado de Asturias es muy limitado", recalca también Juan Sebastián López-Arranz, quien deja en manos del triunvirato Universidad, empresas y autonomías la última decisión sobre cualquier cambio en el catálogo de titulaciones. En cualquier caso, éstas sí deben servir de forma "combinada", según Rafael Puyol, "a los intereses regionales, pero con una dimensión global". Manuel Villa Cellino alude, por su parte, a "un estudio que decía que el cincuenta por ciento de los graduados de la Universidad de Oviedo se iban a trabajar a otras comunidades. Eso es bueno para la Universidad, pero no tanto para la autonomía", que tal vez necesitaría un porcentaje mayor.

El debate queda abierto, en todo caso, y orientado en esos términos hacia la respuesta que la oferta de la Universidad ha de dar a las necesidades de la economía y la industria asturianas.

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