El Principado desecha su polémica planta incineradora para potenciar al máximo el reciclaje y sacar provecho industrial a la basura de Asturias. Ese es el gran cambio que contempla el nuevo Plan Estratégico de Residuos 2017-2024, que supondrá una inversión de 118,2 millones de euros. Casi la mitad del presupuesto se destinará a la creación de una planta de separación selectiva de los residuos mezclados en el vertedero de Serín, que permitirá transformar el 30% de la materia orgánica en combustible sólido recuperado (CSR). A partir de su quema, Hunosa se encargará de producir combustibles alternativos, como bioetanol y metanol (valorización química), o electricidad (valorización energética) en la central térmica de La Pereda, en Mieres.

El cambio de estrategia de la consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente fue presentado ayer por su titular, Fernando Lastra -sustituyó en junio a Belén Fernández-, quien insistió en que "es el momento de pasar de la discrepancia a la cooperación; a un proyecto de la sociedad asturiana en su conjunto". El nuevo plan, que será publicado hoy en el Boletín Oficial del Principado de Asturias (BOPA) y que cumple con el acuerdo de investidura de IU, descarta "explícitamente" la incineradora, después de una década de enfrentamiento político y judicial. La última sentencia, de junio, avaló sin embargo la construcción. "Llevamos con esta polémica un montón de tiempo y no encontrábamos a nadie de acuerdo. La discusión llega a su punto y final", insistió Lastra.

Uno de los pilares del plan, que se aprobará previsiblemente en diciembre, es potenciar la recogida separada de residuos a través de un programa de "intensificación", que contempla bonificaciones a los ayuntamientos que más reciclen, además de concienciación. En principio, "habrá más medidas incentivadoras que coercitivas", aclaró el Consejero. El objetivo es reducir de aquí a tres años casi un 30% el volumen de basuras que actualmente no se tratan y van directamente al vertedero. La UE fija para 2020 el objetivo de reciclar el 50%, pero Asturias todavía está en el 33%.

En el basurero de Serín se vierten al año unas 520.000 toneladas. De continuar a este ritmo, reconoce el Gobierno, la saturación del vertedero llegará pronto: en 2020. En total, Asturias genera 626.300 toneladas anuales de residuos, que poniendo un camión detrás de otro -tienen una capacidad de 20 toneladas- superaría en kilómetros la Autovía del Cantábrico a su paso por la región (de Ribadeo a Ribadedeva). Son unos 310 kilómetros, casi tantos como viajar de Oviedo a Segovia.

El Consorcio para la Gestión de los Residuos Sólidos (Cogersa) ya aprobó el año pasado un recrecido del vaso para ganar una capacidad de 2,9 millones de metros cúbicos, que superará por primera vez la cavidad natural del valle. No será la última ampliación. Medio Ambiente contempla otra futura en altura. "Descartada la incineradora, tenemos que convivir con el vertedero. Existirá una fracción mínima que será imposible de recuperar y habrá que almacenar", avisó Lastra.

Combustible sólido recuperado

La idea estrella del plan, no obstante, será la generación de combustible sólido recuperado (CSR) a partir de las basuras de la bolsa negra o que no se reciclan. Se quiere reducir, el 70% de las 541.100 toneladas que llegan ahora al vertedero y dejarlas en 2020 en 146.000. Para ello, el Principado construirá antes de 2020 una nueva planta de separación selectiva, que tendrá una inversión de 50,1 millones con capacidad para tratar 235.286 toneladas anuales. Del total de residuos que llegarán a ella, un 30% no peligrosos serán transformados en combustible sólido -toman forma de fardos de plástico- para su posterior aprovechamiento industrial mediante su quema. La "primera opción" de la consejería de Fernando Lastra es la transformación química, es decir, obtener combustible líquido alternativo, como por ejemplo bioetanol o metanol. Estos productos son útiles para las refinerías y la fabricación de pegamentos, plásticos, anticongelantes, disolventes, entre otros.

Con la aplicación de esta tecnología, Asturias se convertirá en la primera comunidad autónoma en apostar por la denominada valorización química. "En estos momentos no existen plantas operativas en España, por lo que el plan deberá intensificar las medidas que impulsen esta tecnología", señala el documento que el Gobierno somete a información pública. Por ello, añade el Consejero, "la valorización energética abre una puerta a la investigación y al aprovechamiento tecnológico". De hecho, en el presupuesto se reservan 575.000 euros para desarrollar programas de I+D+i. Entre tanto, el nuevo plan recoge como opción "transitoria" la combustión de basura para la producción de energía eléctrica a partir del combustible sólido recuperado, obtenido previamente en la planta de separación selectiva. Se trataría de la alternativa "menos adecuada tanto desde el punto de vista de la jerarquía de residuos como ambiental", reconoce el Gobierno en el documento.

La consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente firmó el martes un acuerdo con Hunosa, en el que su presidenta, María Teresa Mallada, se compromete a "investigar" la transformación química y térmica de residuos "de cara a su posible aprovechamiento futuro, siempre que ello no suponga una variación de su régimen retributivo energético específico y su sistema de consumo, con mezcla de carbón y estéril". Las investigaciones estarán centradas en la central térmica de La Pereda, en Mieres. Lastra explicó en rueda de prensa -junto el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano; el director general de Calidad Ambiental, Manuel Gutiérrez; y el director de Cogersa, Santiago Fernández- que la alternativa elegida a la incineradora es la "más viable técnica y económicamente, además de tener el menor impacto ambiental", tras analizar otras siete. Eso no quiere decir, no obstante, "que sea la mejor" a juicio del Gobierno, que siempre defendió la incineradora: "Es la alternativa elegida en función de las circunstancias política que se dan hoy en Asturias. Persistir en ello nos llevaba al desacuerdo", dijo Lastra.