La tasa de basuras podría llegar a triplicarse en Asturias con el nuevo plan que potencia el reciclaje y transforma, por primera vez en España, los residuos en combustible sólido. Ése es el coste que tiene para el Principado haber rechazado la incineradora y apostar, en su nueva estrategia, por fabricar bioetanol o generar electricidad a partir de los desechos. El aumento de la tarifa, no obstante, dependerá de tres factores: "la composición de la bolsa, el tipo de combustible sólido recuperado (CSR) que se produzca y cuál sea su destino", aclara la consejería de Medio Ambiente. Esto quiere decir que la tasa subirá más o menos en función de si la basura se aprovecha químicamente para obtener alcoholes o combustibles líquidos de segunda generación -la opción "prioritaria" del plan de residuos 2017- 2024- o se transforma en energía; dos vías que investigará Hunosa. Los vecinos de Oviedo son los que más pagan hoy por sus residuos: 79,50 euros al año.
En este sentido, la consejería de Medio Ambiente insiste en que la gestión de basuras no es un problema exclusivo de la Administración regional, sino "de toda la sociedad asturiana". Por eso, afirma el viceconsejero Benigno Fernández Fano: "Sin la colaboración de los ayuntamientos -deben llegar en 2020 al objetivo de reciclar el 50% de sus desechos-, el plan no sale". En la actualidad, cada asturiano produce 415,3 kilos de basura al año y de ellos tan sólo recicla 56,18 kilos.
El programa de "intensificación" de separación de basuras contempla una primera fase "voluntaria" y una segunda, "obligatoria". Dentro de la voluntaria, el Principado plantea, entre otras medidas, "premiar" a los cinco ayuntamientos que más reciclen por habitante "con la gestión gratuita de su punto limpio durante un año", bonificar la recogida separada en los concejos, realizar campañas de concienciación en medios de comunicación y forzar a los ayuntamientos sin punto limpio a su implantación. De estas instalaciones, hay ahora 36 y otras 10 están en construcción.
