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Unidos contra las vergüenzas del basurero

Los vecinos de las parroquias próximas al vertedero difieren sobre la oportunidad de aparcar la incineradora, pero claman por una solución a las molestias que soportan desde hace años

Dulce Forcelledo, Charo Menéndez, Rosa Muñiz, Victorio Fernández, Luis Junquera, Alfredo García y José Luis Fernández, ayer en Campañones. R. SOLÍS

"Hoy no es el peor día de olor, depende de lo que estén tratando y hoy, por lo menos, es respirable", coincidieron ayer los representantes de las asociaciones de vecinos de las localidades más afectadas por el vertedero, que se reunieron en el área recreativa de Campañones para debatir sobre la decisión del Principado de desechar el proyecto de la planta incineradora y optar por crear una planta de separación selectiva de residuos y general combustible recuperado. No hay un acuerdo unánime entre los representantes de Campañones, Tamón, Serín, Ambás y Villardeveyo, pero sí hay un punto de encuentro: luchar por que se solucionen a los problemas que genera el vertedero a los alrededores y, sobre todo, que no haya más recrecido.

"Cada uno tenemos nuestra solución, pero lo que queremos es que se consensúe con nosotros el plan. Sabemos que la solución no va a pasar por lo que diga yo u otro, sino la mejor solución hablada entre todos. Lo importante es que nos escuchen, porque hasta ahora no lo están haciendo", sentenció José Luis Fernández, de la asociación de Serín. Todos estaban de acuerdo en ese punto, por eso van a solicitar una reunión con el consejero de Medio Ambiente, para tratar de que se les escuche "de una vez".

Alfredo García, presidente de la asociación "Amigos de Campañones", fue uno de los defensores de la incineradora y ahora ve como sus esfuerzos se pueden ir al traste. "Lo que no puede ser es que esto siga creciendo y no creo que haya otra solución que la incineradora. Necesitamos que un plan salga por fin adelante, el que sea, hablado con nosotros, y que se lleve a cabo, porque llevamos muchísimos años peleando por esto", señaló.

Dulce Forcelledo, de la asociación de vecinos de San Juan de Tamón no está de acuerdo, pero entiende la postura de su convecino: "Tienen la basura en la misma ventana de sus casas, normal que no vea otra solución". La afirmación llega cuando todos miran las instalaciones de Cogersa desde el alto de Campañones. "Yo creo que la solución está en el reciclaje, la incineradora requiere mucha energía y también contamina, pero la planta de CSR no soluciona el problema. Es quemar también la basura", sostiene la vecina de Tamón, que recuerda que en tres años Europa multará por no llegar al reciclaje del 50%.

"Solo el 7% de lo que entre en la planta de reciclado se va a convertir en combustible, está comprobado. Es una inversión enorme tanto en la construcción como en la energía necesaria para realizar el proceso, para luego reducir tan poco la basura", defendió Victorio Fernández, de la asociación de Santiago de Ambás. En Serín, explicó José Luis Fernández y Luis Junquera, en la asamblea salió "no" a la incineradora. "Además, los residuos de combustible van a estar almacenados aquí tratados, porque ese combustible apenas tiene salida", sentenció Dulce Forcelledo.

En Villardeveyo están a favor de la incineradora, "la mayoría del pueblo lo está", como afirman Charo Menéndez y Rosa Muñiz, que representan a la asociación vecinal. "Al final siempre acaban recreciendo. Montan un plan, lo intentan sacar adelante, unos dicen sí y otros que no, llegan las elecciones y vuelve a empezar todo, nuevo plan, nueva polémica y nosotros sin solución", sostienen, mientras María Amelia Lorenzo, también de Campañones, asiente y apoya a sus convecinas con un: "¿Es que a quién le importa los cuatro que vivimos aquí? En esas casas -las que están al lado del lugar de la reunión- ni siquiera pueden tender la ropa porque coge olor". Han visto crecer y crecer el vertedero. "Cuando yo tenía 20 años esto no era lo mismo, no era tan grande. Se colapsó cuando comenzaron a traer la basura de León, algo que no entendemos", lamentó José Luis Fernández.

Por su parte, los vecinos de Mieres recibieron ayer con "desconfianza" el anuncio del nuevo proyecto para la quema de residuos. Comparten la posición de los responsables municipales, pero con menos prudencia. "Pueden llamarlo como quieran, pero lo que harán aquí es una incineración de residuos", lamentó ayer el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Ángel Luis Rubio, "estamos ante un nuevo intento de trasladar a Mieres lo que otros no quieren".

Lo que más preocupa al portavoz vecinal es "el secretismo" con el que se ha negociado este proyecto. "No se nos ha informado de nada y no podemos confiar en un plan que se acuerda con este mutismo. Nos hemos enterado por la prensa", protestó.

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