El campo asturiano se ha visto resentido de forma desigual por la intensa granizada que ayer asoló varios concejos del Suroccidente y centro del Principado. Los viticultores cangueses hacen hoy balance de la tormenta que afectó a sus cultivos, si bien todas las bodegas del municipio respiran aliviadas al haber salvado la mayor parte de las vides. Muchas emplearon sus perfiles en redes sociales para tranquilizar a clientes y distribuidores ante la proximidad de la recolección vitícola. "No fue tanto como parecía en un principio, aunque con el tiempo se irán viendo los efectos reales", afirma la presidenta de la DOP Vino de Cangas, Beatriz Pérez.

El fenómeno meteorológico sí se cebó con el vecino Ibias, donde gran parte de sus bodegueros hablan de "pérdidas irreparables" y "cosecha perdida", que aseguran, se suma a una campaña ya tocada por las heladas invernales. Aunque muchos de los cultivos ibienses son para consumo propio, varias decenas de hectáreas damnificadas estarían destinadas a su envasado y comercialización. Escena semejante se vive en Grado, pero en este caso con las fincas de arándanos. Un propietario de una plantación en el pueblo de Fresno, Ulises Lafuente, estima en un 60% la fruta perdida. El agricultor dice que la granizada "ha hecho mucho daño, pues del 40% restante apenas espera recuperar la mitad". Lafuente ya se ha puesto en contacto con la aseguradora para resarcir las pérdidas: "Es el fin de la temporada", sentencia.