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Bomberos de Asturias lleva 545 salidas este año para retirar abejas o avispas

Las actuaciones se efectúan si el enjambre está en la primera vivienda de la persona que da el aviso y se excluyen segundas residencias

Rescate de una cría de corzo, sana y salva, en el río Caudal. LNE

Bomberos de Asturias lleva realizadas en lo que va de año un total de 545 salidas directamente relacionadas con abejas o avispas. No se incluyen en las estadísticas las incidencias generadas por la avispa asiática (velutina), una indeseable visitante en los últimos años para la que el Principado tiene protocolo aparte.

Esos 545 casos se corresponden con los 561 del pasado ejercicio en el mismo periodo de tiempo, y con los 354 en los ocho primeros meses del 2015, y se enmarcan en una área de actuaciones mucho más amplia, con datos cuando menos llamativos.

Desde el 1 de enero al 20 de agosto el servicio centralizado del 112 gestionó en Asturias más de dos mil trescientos avisos relacionados con animales, superando ampliamente las cifras de los dos años anteriores.

Avisos con una casuística de lo más variada y, en ocasiones, pintoresca. Desde llamadas que alertan de la presencia de un perro abandonado y vagabundo, a la irrupción de jabalíes y otra fauna salvaje en zonas urbanas o semiurbanas, pasando por avisos de animales heridos, sobre todo palomas o gaviotas o animales cerca o en las carreteras.

La mayoría de las llamadas no genera salidas desde el servicio de emergencias, salvo en el caso de la existencia de enjambres de abejas o avispas. En lo que va de año el 112 gestionó 480 incidentes relacionados con estos insectos, que tienen mucho que ver con las 545 salidas de bomberos referidas anteriormente. A veces un aviso genera más de una salida, pero las salidas de los bomberos no siempre acaban con la retirada de las abejas.

Hay unas normas que definen la actuación. Los bomberos acuden cuando la presencia de abejas o avispas se produce en el entorno de la primera vivienda de la persona que llama. Cuando el enjambre está en una segunda residencia -y este caso es muy frecuente en estos meses de verano- se entiende que no se trata de una emergencia, aunque se da información sobre profesionales y asociaciones que pueden retirar los insectos.

Puede haber excepciones que tienen que ver con el aspecto sanitario (personas que son alérgicas a las picaduras de abeja) o que no tengan posibilidades de abandonar el entorno. Y se acude cuando los enjambres están en lugares públicos, siempre que sea una institución, generalmente un ayuntamiento, el que pide la actuación de los bomberos. El director de un colegio también tiene potestad para pedir la intervención si los insectos se hacen fuertes en algún punto de la zona escolar de su competencia.

En los ocho primeros meses del año Bomberos de Asturias han participado en el rescate de una docena de animales. No es ni mucho menos el apartado estadístico más importante de su actividad, porque la normativa es muy rigurosa.

Para empezar, no hay salida si no es solicitada por una administración pública, municipal o autonómica. En segundo lugar se requiere que quien solicita la intervención se comprometa a hacerse cargo del animal rescatado.

El pasado año 2016 las salidas para el rescate de animales ascendieron a 28. En la memoria de los mierenses está grabada la actuación de los bomberos para rescatar sana y salva una cría de corzo que se había caído al río Caudal, a la altura del puente La Perra y que no podía superar la corriente. Era el año 2009. En abril del pasado año agentes de la Guardia Civil rescataron también en el Caudal otra cría de corzo.

En todas estas estadísticas se excluyen los datos de la actuación de los bomberos de Oviedo y de Gijón, ciudades que tienen un parque propio.

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