"Asturias, Paraíso matorral". Son las tres palabras con las que la empresaria hotelera Nuria Santana describe la gran paradoja a la que se enfrenta cada vez que recibe a los turistas a su llegada a Boal. "La gente viene de todas las provincias de España y siempre me comenta: 'Qué bonito es el paisaje, pero qué abandonado está, ¿no?'". Así, esta vecina del Occidente asturiano repara en que "el medio metro de maleza que hay a cada lado de la carretera da una imagen muy mala del concejo a los visitantes".

A juicio de Nuria Santana, "no tiene sentido que vengan a limpiar los arcenes después del verano, pues es en estos meses de julio y agosto cuando más personas visitan Asturias y aprovechan el buen tiempo para disfrutar del paisaje".

Sin embargo, la hotelera asegura que esta situación "no es una novedad, pues ya hace dos años ocurrió lo mismo: no vinieron a desbrozar las carreteras hasta septiembre".

Nuria Santana, cansada de encontrarse ante esta tesitura, decidió hacer pública una protesta en Facebook que en pocos días recibió cientos de "me gustas" y fue compartida hasta en 107 ocasiones, lo que da cuenta del malestar de los asturianos que conviven con la maleza. "Al leer los comentarios que han dejado los usuarios, hemos visto que la falta de limpieza en las carreteras es un problema compartido por otros municipios asturianos", subraya. Y es que, al margen de la cuestión turística, el abandono de las carreteras preocupa a los vecinos por "lo peligroso de circular, tanto en bicicleta como a pie, por unos arcenes completamente tapados con maleza", explica Santana, en referencia a "muchas personas mayores que, a falta de aceras, pasan a diario por estas carreteras". En concreto, algunos de los caminos afectados conectan los siete municipios de Boal con localidades de los concejos colindantes, como es el caso de Trelles o de Pumarín, en Coaña. A su paso por ellos, el exceso de vegetación también ocasiona desperfectos en los vehículos. "Si no se aleja uno de lo verde hasta casi pisar la línea, los coches acaban llenos de rozaduras en la chapa", asegura Santana.

Más aún, la maleza impide ver algunas señales, como las que indican la entrada a algunas localidades y las de limitación de la velocidad. "¿Qué multas van a poner, si no se ven las prohibiciones?", se pregunta, incrédula, la autora de la queja, que no comprende "que, al menos que nos conste, ninguno de los siete ayuntamientos del concejo haya tomado cartas en el asunto".