"Aurelión" tiene la despensa llena. Y la tripa. El oso macho dominante en la zona de Coañana (Teverga) y que acapara la atención de las hembras reproductoras de la zona lleva todo el mes de agosto comiendo en los frutales de la casa rural "Fuenclara", que regenta Natalia Riesgo-Lombardero. Higos, peras y ciruelas han sido los manjares con los que se ha deleitado en las tres noches que visitó la finca. La última, el pasado domingo: "Empezó con los higos, siguió con las ciruelas y ahora va a por las peras; tumba los árboles y rompe las ramas para llegar, yo llevo varios días con la ventana del corredor abierta para ver si lo veo ya que anda por aquí, y nada", comenta.

El oso fue captado por las cámaras del Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), y los daños de los frutales y un enorme excremento con pieles y semillas cerca de la casa rural y la vivienda de Riesgo-Lombardero apuntaron a "Aurelión", que así fue bautizado por el presidente del colectivo, Roberto Hartasánchez, en homenaje a un general tevergano presente en Filipinas en el siglo XIX. " 'Aurelín' no podía ser porque pesa casi doscientos kilos", señala. El plantígrado también fue captado dándose un baño en un bebedero de vacas y visitó las colmenas de polinización del Fapas, aunque lo dejó para otro momento después de la "fartura" de fruta.

Al oso le falta un trozo de la oreja izquierda, seguramente tras batallar con otros machos por imperar en el valle, apunta el Fapas. Si hembras no le faltan, comida tampoco. Y Riesgo-Lombardero espera que regrese a cenar al jardín de casa. "La primera vez que vino fue a principios de agosto y dejó la higuera con las ramas bajadas, pero lo achacamos a un hurón que anda por aquí. Pero la siguiente vez ya nos dimos cuenta de que era el oso porque estaba la cerezal con ramas rotas y hay que tener mucha fuerza, como la de un oso", recuerda jocosa.

En su última visita, el pasado domingo, comió algunas cerezas y ya empezó con las peras. En el frutal dejó algunos trozos mordidos y algo debió de distraer su atención porque dejó una pieza a medio comer. Allí sigue. Por si quiere terminarla, dice la mujer. "Las últimas veces que vino ya no hubo tanto intervalo como de la primera a la segunda visita, así que creo que podrá volver porque aún hay fruta, y bien buena, como ciruela claudia y peras conferencia", explica. Y razón no le falta. También Hartasánchez sospecha que "Aurelión" volverá a Coañana a darse otro festín en los frutales de las casas. "Es muy probable", sentencia.

Lo cierto es que la presencia de "Aurelión" tiene a Riesgo-Lombardero encantada, levantándose a las cinco de la mañana para echar una ojeada al campo y ver si el animal sigue haciendo de las suyas. "Con unas ganas locas" de terminar las vacaciones está su nieto Armando, de 10 años, ansioso por ver al animal.

Y es que es algo "insólito" recalca la mujer. Nunca antes había habido una presencia tan notable de oso pardo en el pueblo, rodeado de bosques de castaños y robles. "Siempre los hubo, pero no muchos y desde luego no bajaban hasta aquí, jamás hasta ahora; de hecho, le oía a mi tía abuela que mandaban los cerdos solos al monte a comer castañas y regresaban todos y eso era porque había mucho furtivismo, ahora no lo hay, y menos mal", afirma.

Apostada en la ventana de casa, Natalia volverá a esperar una noche más por el oso, el imponente "Aurelión".