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El monte quemado hasta el verano hace de 2017 el peor año del último lustro

El fuego ha arrasado una superficie equivalente a la del concejo de Parres y ya multiplica por ocho lo calcinado por los incendios de todo 2016

El monte quemado hasta el verano hace de 2017 el peor año del último lustro

El verano ha quemado poco, pero el año ha llegado a agosto con el peor balance de incendios en los montes asturianos del último lustro. A estas alturas del año, las cerca de 13.000 hectáreas calcinadas en 1.450 quemas ya multiplican por ocho la superficie que ardió en todo el año pasado, el menos propenso al fuego desde que existe constancia estadística, y componen el tercer recuento más negativo del siglo a estas alturas. Sale Asturias de un verano seco pero contenido en llamas, con 65 fuegos en julio y 24 hasta mediado agosto, en total apenas 84 hectáreas que resisten bien la comparación e incluso mejoran los precedentes estivales inmediatos, pero que arrastran el lastre de una primera mitad de año muy compleja. Con la estadística actualizada al 15 de agosto, el recuento no encuentra un balance peor a estas alturas desde 2012 y en este siglo sólo otro más, 2002, con más extensión de monte abrasado al llegar los días finales del verano.

El último balance, todavía provisional, del Servicio de Emergencias del Principado pone al día una estadística que ya contabiliza una superficie de monte quemado casi equivalente a la del concejo de Parres y en la que pesa sobre todo la gran oleada incendiaria de la primavera, con 11.000 hectáreas arrasadas por el fuego sólo entre marzo y abril, un periodo con un recuento insostenible de 963 fuegos a un promedio de dieciséis al día. Lo quemado hasta ahora bastaría para superar el balance total de once de los últimos catorce años, y pasa justo en este 2017 polémico en el que los grupos conservacionistas se han apresurado ya a relacionar el alza del fuego con la entrada en vigor, en marzo, de la modificación legal que suprime los acotamientos al pastoreo en las fincas quemadas y permite que el ganado acceda a terrenos que han sufrido incendios. El razonamiento contrario invita a considerar que otras grandes oleadas de fuegos en el monte sobrevinieron antes de la reforma, sin ir más lejos la peor de la historia reciente, la pavorosa concentración de quemas registrada en diciembre de 2015.

El caso es que Asturias no escapa este año a la tendencia al incremento que el fuego forestal ha enfilado en toda España. También en el recuento del conjunto del país, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, este 2017 tiene el liderazgo incendiario del último lustro. En la cifra total de lo arrasado, 76.347,87 hectáreas hasta el 20 de agosto, pesan fundamentalmente las del Noroeste, que concentran más de la mitad de la superficie calcinada en total en el país. Tampoco es pequeña la parte que aporta Asturias al triste balance: cerca del diecisiete por ciento del monte quemado está en el Principado, una proporción casi equivalente a la de toda la franja mediterránea.

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