Para dar al turismo asturiano el impulso que necesitaba, los alojamientos rurales cerraron julio, es la primera vez desde que existe constancia estadística, como los más vendidos de España. Las 200.402 noches facturadas por el sector en Asturias hacen que los hospedajes agrarios de la región hayan sido los más utilizados del país en el primer mes del verano. No los que recibieron más visitas, porque los 50.172 turistas individuales son menos que los que se contabilizaron en los territorios mucho más extensos de Castilla y León y Cataluña, pero sí los insólitos líderes en pernoctaciones en el mejor julio desde que hay constancia estadística.

El recuento divulgado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) incorpora al turismo rural al empujón que para mejorarse a sí mismo ha recibido el sector turístico asturiano en este 2017 que evoluciona a ritmo de récord: supera la cadencia de avance de 2016, en el que el sector pulverizó si mejor registro histórico rebasando por primera vez los dos millones de turistas.

Por ahora, a pesar del verano atmosféricamente revuelto, con los más de 50.000 turistas rurales la cuenta asciende en la suma de todas las modalidades de alojamiento a 1,2 millones de viajeros en los siete primeros meses del año, en torno a 70.000 más que en la misma fracción de 2016 con aproximadamente 220.000 noches más vendidas. El número de pernoctaciones facturadas ha progresado en todos los tipos de hospedaje pero el ascenso es especialmente significativo en el segmento rural, donde el recuento del año en curso da 26.000 huéspedes más y un 12% de incremento en noches facturadas.

El rural como ejemplo

El crecimiento rápido del turismo agrario ejemplifica además en varios sentidos algunas de las propiedades básicas del turismo en Asturias. Su fuerte estacionalidad, porque las 200.000 pernoctaciones de julio son casi la mitad de las registradas en todo lo que va de año, y su dependencia del mercado nacional pese a la evidente mejora de su atractivo en el extranjero. El turismo rural asturiano acaparó el máximo porcentaje de turistas nacionales -el 17,2% de las pernoctaciones del país- y aunque remolcado por la mejora de las conexiones aéreas pulverizó su récord histórico de visitantes foráneos -por primera vez pasó de 6.000 en un mes-, éstos apenas representan todavía el 12% del total.