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Juventud cooperante

Universitarios con experiencias de voluntariado destacan la doble ventaja de los proyectos: "Conoces otros lugares y ves cómo se trabaja allí"

Colaboradores locales y cooperantes asturianos, durante la construcción del depósito para abastecimiento de agua en Quiaterique (Honduras). GEÓLOGOS DEL MUNDO

"El mayor desafío en una experiencia de este tipo es la convivencia. Estás con las mismas personas 24 horas. Al llegar encuentras cosas diferentes a tu país y hay personas que se adaptan y otras, no". Quien así habla es Luis Alfonso Fernández, con una amplia experiencia en cooperación a través de la ong de Geólogos del Mundo Asturias.

Acaba de regresar de un proyecto en Intibucá (Honduras) y reconoce que la vida de técnicos y voluntarios en terreno es como estar encerrado en un submarino. "Se vuelcan todos los esfuerzos en el proyecto", explica, "los más convencidos son los técnicos que ya vivieron una experiencia previa allí y ven cómo las actuaciones dan resultado", subraya Fernández.

Si bien la organización Geólogos del mundo está enraizada en la Universidad de Oviedo, no dependen en sus actividades de cooperación de la institución académica. "Tenemos un convenio con la facultad de Geología y la financiación se obtiene a través de la convocatorias de la Agencia Asturiana de Cooperación y los ayuntamientos de Oviedo y Gijón", detalla el joven cooperante. El acuerdo con la facultad les permite ir captando nuevos voluntarios para los proyectos en terreno. "No necesariamente todos nuestros socios tienen que ser geólogos. Cualquiera puede colaborar, pero para estar como expatriados es necesario ser socio", indica Fernández quien se ha desplazado a proyectos en el extranjero en varias ocasiones igual que Beatriz González Santano.

La última campaña de Geólogos del mundo se prolongó durante ocho meses. Hasta Honduras se desplazaron dos técnicos y a la mitad del proyecto se hizo un relevo en el grupo de voluntarios que llegaron a ser otras seis personas más. "Los proyectos no nos los inventamos en Asturias. Una vez desplazados en terreno, la contraparte, las alcaldías y los propios ciudadanos nos dan el retorno de datos sobre lugares y necesidades y una vez allí se comprueba que la necesidad es tal", prosigue Fernández en sus explicaciones sobre la labor de la organización que representa en terreno. Si otra organización ya ha desarrollado un proyecto previo en la zona y se han cubierto sus necesidades se busca otro proyecto, explica este socio de Geólogos del Mundo, quien aclara que desde que se comienza a preparar un proyecto hasta que se ejecuta "pasan un montón de meses". Por eso es tan importante para esta y otras ONGs contar con un equipo se relevo. "La idea es poder contar con gente nueva por si falla alguien", indica Fernández.

Entre los que se desplazan a terreno hay motivaciones de todo tipo. Hay quienes les gusta la cooperación en si misma, otras viajan para conocer pueblos distintos; es algo que, en general, engancha a todos los que los hacen. A Luis Alfonso Fernández le ha ocurrido. Ya se ha desplazado tres veces a proyectos de varios meses en terreno. Esos viajes, explica, te dan la ventaja de conocer la zona y ver la forma de trabajar allí ".

El compromiso de la Universidad de Oviedo como institución con la cooperación internacional y las organizaciones del tercer sector se refleja a través del programa Juventud Asturiana Cooperante, impulsado en origen por el gobierno de Asturias para expandir la cultura de la solidaridad internacional entre los jóvenes de la comunidad autónoma a través de estancias temporales de dos meses en proyectos de cooperación al desarrollo. Los becados este año son 14 personas que se encuentran desplazadas a lo largo del verano en proyectos de Bolivia, Senegal, Guatemala, Sierra Leona, Tanzania, Nicaragua, Colombia y México. Los alumnos, de 22 a 30 años, reciben una cuantía para financiar los gastos derivados de viajes, alojamiento, manutención y seguro en el país de destino.

Hasta el año pasado, la iniciativa se dirigía únicamente a estudiantes matriculados en la universidad de Oviedo por medio de un programa que impulsaba Cáritas con el apoyo del ejecutivo autonómico que ahora se ha ampliado a jóvenes ya titulados o formados en otras instituciones académicas de fuera de la región.

La organización Ingeniería sin Fronteras Asturias trabaja también desde la universidad en diferentes campañas de sensibilización entre la población universitaria a lo largo del curso. Además, desde hace tres años vienen acompañando en el programa asturiano de derechos humanos en su visita de verificación anual a Colombia. Belén Garzón fue la voluntaria que participó en el último desplazamiento. Esa visita sumaba el componente de verificación de la implementación de los acuerdos de paz de la habana. En ese viaje se pudo constatar la esperanza de la sociedad colombiana ante las promesas de paz tras cincuenta años de guerra pero también el temor por los acuerdos tentados contra activistas y defensores de derechos humanos, explican desde ISF Asturias. La construcción de la paz es un equilibrio delicado y Colombia se encuentra en una encrucijada, prosiguen los voluntarios de la organización.

ISF trabaja desde la universidad de Oviedo para poner la tecnología al servicio del desarrollo humano y construir una sociedad más justa y solidaria. "Apostamos por otro modelo de desarrollo que ponga en primer lugar a las personas y a las comunidades", arguyen.

En ese contexto la ingeniería es una herramienta esencial para el acceso universal a los servicios básicos, prosiguen en su defensa sobre el modelo de cooperación que tratan de impulsar. En ISF Asturias entienden que la cooperación debe ser solicitada, liderada y plenamente aceptada por las contrapartes y población destinataria. La suya es otra forma de implicar a alumnado y docentes de la universidad en el desarrollo de una sociedad más justa.

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