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Cambio climático en las rebajas

El periodo de descuentos se desdibuja y las ventas de ropa de verano coexisten con las de prendas de abrigo por la inestabilidad meteorológica

Cambio climático en las rebajas JULIÁN RUS

Las rebajas ya no son lo que eran. Y no porque ya no tengan atractivo: en esencia, continúan siendo una buena oportunidad para adquirir esos artículos que tanto gustan al tacto o a la vista, y que en otra época están fuera del alcance de muchos bolsillos. Pero el reinado de estos días antaño tan señalados en el calendario comercial para la caza de descuentos se ha desdibujado. "El periodo de rebajas no está tan definido como antes y los artículos en stock conviven más tiempo con los de nueva temporada", expone David Argüelles, presidente de la Unión de Comerciantes de Gijón y Carreño.

Entre las razones que explican ese fenómeno, algunos comerciantes -como el propietario de varias tiendas de calzado de hombre y mujer Mario García- citan "el alza de la venta on-line y la proliferación de ofertas repartidas a lo largo de todo el año que han puesto en marcha las multinacionales y que los comercios pequeños y medianos no hemos tenido más remedio que ir asumiendo".

Con todo, en sus tiendas las rebajas continuarán al menos un par de semanas más. "Aunque las ventas este verano han sido muy irregulares, todavía viene gente que aprovecha los descuentos para comprar sandalias y calzado de entretiempo", explica el empresario, que aún se resiste en renovar sus escapares con los diseños de otoño.

Actualizar el escaparate es una tendencia, en cambio, cada vez más extendida entre los comerciantes del sector textil asturiano. David Naves, que regenta una tienda de ropa en el centro de Oviedo, explica: "Por lo general, la gente no es previsora y suele salir a comprar ropa justo cuando la necesita, así que, con este tiempo tan cambiante, nosotros procuramos tener también algunas prendas de abrigo por si en pleno verano, de pronto, vienen unos días fríos".

La diversificación de la demanda, que se decanta por una u otra colección en función de lo que, a razón de las temperaturas, pida el cuerpo vestir podría explicar que "las ventas han sido similares a las del anterior verano, a pesar de que el tiempo no acompañó nada este año", según apunta David Argüelles, que este verano pronunció su último discurso público como máximo representante de los comerciantes gijoneses, tras anunciar que no continuaría en el cargo.

No obstante, en cuestión de artículos de moda en periodo de rebajas, "tanto el buen tiempo como el malo acompañan a las ganas de comprar; el éxito depende de la situación y el contexto de cada empresa", prosigue Argüelles.

Mónica Gallo, propietaria de un negocio de ropa y calzado en la calle Melquiades Álvarez de Oviedo, ha vivido de primera mano esta circunstancia. "Recibimos mucho turismo costero que, al no poder pasar los días en la playa por las lluvias, decidieron venir a conocer la ciudad y visitaron la tienda, así que, en nuestro caso, el mal tiempo nos ha beneficiado", asegura Gallo, en cuyo negocio las botas de piel, los jerseys y los abrigos empiezan a ocupar posiciones estratégicas a la vista de "clientes que deciden comprar ya artículos de nueva temporada, bien ante el temor de quedarse sin talla o bien porque no son de Asturias y piensan que en sus regiones no encontrarán los mismos modelos".

La estrategia de esta empresaria viene a reforzar la idea de que los tiempos para decidir cuándo iniciar y cuándo dar por finalizada cada temporada son ahora variables, dependen en gran parte del ojo del vendedor y pueden estar motivados por lo que dicte el clima. "Si el tiempo continúa siendo tan otoñal como últimamente, el cambio de los escaparates seguramente será mucho más brusco", aventura David Argüelles.

En todo caso, sigue habiendo quienes permanecen fieles al calendario. "Cambiamos el escaparate justo al entrar septiembre porque habíamos marcado el día 31 de agosto como el final del periodo de rebajas", afirma Sara Fernández desde su puesto como dependienta de una tienda de ropa en la calle Uría que ya ha desplazado los vestidores con la ropa con descuentos a la parte trasera del local. "Haremos liquidación hasta dar salida a todo el género porque nos han quedado tan pocas piezas que seguro que las acabamos vendiendo todas", cuenta Fernández. Y la razón del "éxito" de las rebajas estivales de este negocio pone de nuevo la pista sobre el turismo: "Es increíble la cantidad de visitantes del sur de España que vinieron a Oviedo este año y, claro, como allí hace más calor, muchos nos decían que les venía bien comprar artículos de verano en rebajas porque allí hasta octubre aún les sacaban rendimiento".

En definitiva, todo apunta a que las rebajas deberán aprender a convivir con la compra y venta de artículos de nueva colección. Y, en la búsqueda de este equilibrio, cuando interviene un factor variable y no siempre predecible como la meteorología, nunca llueve, nunca mejor dicho, a gusto de todos: para muestra, un botón que, para quien salaga de compras durante los próximos días, lo mismo podrá servir para sujetar unas sandalias que para abrocharse un buen chaquetón.

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