La presencia de Plácido Arango, mecenas artístico, dio pie al presidente Javier Fernández para iniciar un discurso con una referencioa directa e inequívoca al Museo de Bellas Artes de Asturias. A su director Alfonso Palacio las palabras de Fernández le debieron de sonar a gloria.

Era casi imprescindible tendiendo en cuenta que el desde ayer Medalla de Oro del Principado, Plácido Arango, acaba de donar a la pinacoteca asturiana 32 obras maestras de su colección. Juan de Juanes, Zurbarán, Zuloaga, Villaamil, Tàpies, Millares... En el Bellas Artes hay una colección "espléndida y envidiable" aunque haya asturianos "que aún lo desconocen".

Iniciado el discurso artístico, conviene recordar que los equipamientos culturales de la región "no son de tal gobierno ni de cual ayuntamiento, sino de los asturianos", señaló.

Patrimonio común, historia, cultura y valores que nos unen. Ahí, en esos valores entre los que se cuenta la generosidad, es donde es preciso buscar las razones del desprendimiento.

Javier Fernández hablando del Bellas Artes, una de las principales pinacotecas del país. Y está en Asturias, con entrada libre y gratuita. Un espacio para dar gusto a los sentidos y para ahondar en la convivencia. Espacio de paz en tiempos de guerra.