Treinta y tres ciclistas fallecieron en las carreteras españolas en 2016. Una cifra para provocar el sonrojo. Pero aquí también hay dos Españas, que se dice. La del Norte y la del Sur. La mayoría de los accidentes mortales estuvieron muy alejados de las carreteras norteñas, a pesar de la meteorología -más lluvia- y de la orografía -más curvas-. Dicen que el respeto al ciclista es mayor de la Meseta para arriba, y como muestra, un botón. "Atención. Carretera frecuentada por ciclistas" se lee en la señal de tráfico que se puede ver en la carretera AS-248, que une Pola de Siero y Gijón. La carretera de siempre, para entendernos. En unas carreteras plagadas de señales redundantes, cuando no innecesarias, merecería la pena que cundiera el ejemplo de esa llamada a la precaución que no descubre América pero sí ejerce de aviso a navegantes. O a circulantes, si la RAE permite la licencia.