Da comienzo el curso escolar y con él los programas educativos elaborados por la Consejería de Educación (y Cultura) del Principado de Asturias, que incluyen diversas actividades (charlas, talleres...) no sólo para los docentes, sino, lo que resulta evidentemente mucho más grave, centradas en los estudiantes en función de su edad, para introducir la ideología de género, ya no de manera sibilina sino cada vez más explícita, según esa inicua visión parcial, particular y mentirosa de la vida que se va extendiendo en la sociedad española.

Tales actuaciones serán (vienen siendo) impartidas por personas miembros de entidades externas al sistema educativo oficial, vinculadas a organismos pertenecientes al lobby LGTBI, al PSOE en su rama dizque feminista, aunque en verdad absorbida esta causa por lesbianas y homosexuales promovidos por el ínclito Zapatero con el ánimo de constituir el armazón ideológico de este último partido tras perder el rumbo de sus ideas marxistas, socialistas y socialdemócratas.

Las intervenciones de estos grupos con los niños, que, atención, se producen ya desde los cursos de Primaria, van dirigidas a ofrecer "con naturalidad" la visión de la concepción del hombre desde la acérrima enemiga de la familia, la malhadada ideología de género: es decir, entender la diferencia sexual de hombres y mujeres no como una condición natural, biológica, sino como relaciones de poder y dominación de los primeros sobre las segundas, llevando la lucha de clases a la intimidad del hogar, negando la realidad natural de los dos sexos en la humanidad. Con la presuntamente pretendida idea de eliminar los malos tratos a la mujer (llegando a la desaparición de la figura del hombre), el sexo se transformaría en género y cada persona podría escoger "libremente" su inclusión en el "grupo" (de género) con todas las variantes que pueda pensarse (sujeto masculino que se siente mujer, sujeto femenino que se siente hombre, hombre que es mujer pero que se siente atraído por mujeres, mujeres que se sienten hombres pero que sienten atracción por otros hombres o mujeres, en general, o en función de deseos momentáneos o según la estación del año o de autobuses en la que se encuentren...).

De estas ideas tan "naturales", "obvias" y "compartidas por todo hombre de bien" tratan los fundamentos latentes en las referidas actividades "extraescolares" impartidas por los ideólogos de género, que buscan, obviamente, extenderlos por el campo educativo como vía de expansión a toda la sociedad (con intención ilustrativa, me atrevo a citar, entre otros, los libros de Jesús Trillo-Figueroa "La ideología de género" y "La ideología invisible" y de Alicia V. Rubio "Cuando nos prohibieron ser mujeres... y os persiguieron por ser hombres", sobre el tema).

Naturalmente, la dispensación de estas actividades es ignorada, por no conocida, en la mayoría de los casos, por los padres, últimos responsables de la educación y formación de sus hijos, en ejercicio de lo que es un derecho humano (artículo 26.3 de la Declaración de Derechos Humanos; Convención de los Derechos del Niño) recogido expresamente en el artículo 27.3 de la Constitución española. Por ello, entiendo que es necesario concienciar a los padres de su derecho a conocer y a participar en la educación que sus hijos reciben, en virtud del derecho que se reconoce en los números 5 y 7 del mismo artículo 27 de nuestra Carta Magna, para decidir si la instrucción que pretendan dar de la ideología de género a sus hijos es la formación que para ellos desean.

Aviso, pues, a navegantes paternos: tienen no sólo el derecho sino la obligación de conocer qué formación están recibiendo sus hijos en el centro escolar que ustedes han elegido para ellos para asegurarse de que corresponde con sus ideas...