"Actualmente, hay un consumo elevado de productos procesados, de los que se han visto sus efectos negativos a nivel corporal, pero hay muy pocos estudios sobre sus posibles perjuicios cerebrales". Este vacío sirvió al psicólogo Juan Carlos Bermejo (Gijón, 1984) para "ejemplificar a través de la fructosa lo que podría reportar un consumo excesivo de estos productos en ratas" como trabajo de fin del máster en Investigación en Neurociencias de la Universidad de Oviedo. ¿El resultado? "Observamos que el consumo excesivo de fructosa altera los mecanismos cerebrales, de modo que puede derivar en la presencia temprana de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y el párkinson". Además, "comprobamos que la hormona melatonina contribuye a disminuir la expresión de esos marcadores de neurodegeneración derivados del exceso de consumo de fructosa". Y a nivel de reconocimiento, el estudio valió al investigador gijonés el primer premio al "trabajo y esfuerzo" de la Fundación AINDACE, dotado con 1.500 euros que "ayudarán a seguir investigando", afirmó el joven.

Una premisa compartida por la bióloga Alejandra García Torre (Bañugues, 1989), segunda premiada por un "estudio de los síntomas no motores del Parkinson, que se dan en etapas muy tempranas de la enfermedad y que, de conocerse, permitirían detectarla y tratarla antes". Su trabajo, valorado con una beca de 1.000 euros, desarrolla un modelo animal para estudiar los síntomas tempranos -que preceden, por ejemplo, a los temblores-, como ansiedad o déficit en la memoria.

Los premios AINDACE están destinados a fomentar la investigación en neurociencia, "un campo complejo y llamado a convertirse en la principal demanda sanitaria", manifestó el coordinador del máster, Héctor González.