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Un debate que enfrenta a ganaderos y conservacionistas

"El lobo es la puntilla de un sistema desgastado", dicen los biólogos

Ganaderos y especialistas analizan en Cabrales el problema de la especie salvaje

Con un queso de cabrales y una botella de vino de por medio administración y el sector ganadero, representados en la figura del ganadero cabraliego Aquilino Díaz, hablaron ayer sin pelos en la lengua en Valfríu (Tielve), del problema del lobo en los Picos de Europa y de los ataques al ganado menor.

Tras más de una hora de animada discusión en plena montaña del parque nacional entre Aquilino Díaz y su cuñado, el también ganadero, Benigno Pérez, con el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández Fano; el director de la parte asturiana del parque nacional de los Picos de Europa, Rodrigo Suárez Robledano; el biólogo del CSIC Javier Naves; el jefe de servicio de Caza y Pesca de la Consejería, Orencio Hernández; el director general de Biodiversidad, Manuel Calvo Temprano; el profesor de Geografía Física de la Universidad de Oviedo Jesús Ruiz, el biólogo Emilio García y José Vicente López, del departamento de Ecología de la Universidad de Oviedo, fueron varias las conclusiones que se sacaron. La principal, que el lobo es la puntilla a un sistema en extinción y desgastado por la dureza del trabajo y la falta de relevo generacional. El lobo es el problema más visible y más fácilmente identificable pero no es el principal, concluyeron los biólogos. Recordaron que el descenso de la cabaña de ganado menor es generalizado en toda la cornisa Cantábrica, España y buena parte de Europa, "en sitios con lobo y sin lobo", debido los problemas estructurales de la ganadería.

"El lobo supone el exterminio del ganado menor en Picos de Europa", señaló Benigno Pérez, responsable de la Quesería y Ganadería Rieses de Tielve. "El ganado, con el nivel de estrés que tiene a causa de los ataques no produce. Las cabras tienen que tener libertad", añadió Aquilino Díaz, defensor de batidas más contundentes contra el lobo, como solución. El tiempo que los ganaderos emplean en cuidar y vigilar a los rebaños para evitar los ataques del lobo y que dejan de emplear en otras actividades es capital en esta problemática según los profesionales. "Venimos para ver lo que está pasando aquí y buscar medidas de protección en relación al lobo", dijo Fernández Fano. Robledano señaló que reuniones como la mantenida ayer con los ganaderos son habituales y tremendamente positivas. "Es imprescindible que siga habiendo gente en las montañas. Es determinante para tener información de primera mano sobre lo que ocurre en el terreno", dijo.

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