Zardón (Cangas de Onís), E. G. C.

El supuesto hijo de Cándido García, antiguo párroco de Tineo fallecido el pasado mes de noviembre, no se presentó a la exhumación de los restos en el cementerio de Zardón (Cangas de Onís), un procedimiento que él mismo impulsó en los juzgados para practicar una prueba de paternidad. La familia del supuesto hijo de Don Cándido (como llamaban al cura en Tineo, donde ejerció 44 años hasta fallecer con 70) reside en Gijón -donde el juzgado número 2 instruye la causa-, aunque la madre del supuesto hijo, de unos 50 años, es de Blimea.

Ante la ausencia del principal interesado en el caso, la exhumación ha quedado en el aire. Los vecinos de Zardón asistieron el pasado lunes a la presencia en el pueblo -allí descansa el sacerdote, ya que su familia era natural de Cangas de Onís- de representantes judiciales, de la Iglesia asturiana, así como el enterrador de la localidad. Sin embargo, la falta del interesado y el documento de autorización del cadáver paralizó la operación.

"Vimos mucho movimiento el lunes por la mañana", aseguró en la mañana de ayer un lugareño. "Había en torno a la iglesia cuatro o cinco coches. Estuvieron menos de una hora. Sólo sabemos que al final no se pudo hacer nada. El resto de la semana aquí no ha venido nadie", dicen los vecinos. La autorización judicial para exhumar los restos del sacerdote, desvelada por LA NUEVA ESPAÑA, ha causado gran revuelo en Tineo, donde Cándido García era muy querido y apreciado.

La familia más cercana de éste -cuatro sobrinos- recibió la noticia cuatro meses después de su muerte con sorpresa. Tal y como pudo saber este periódico, la madre del supuesto hijo del cura era conocida de la familia e incluso pasó periodos vacacionales en Tineo. La mujer está casada y tiene otro hijo mayor, aparte del que tendría con Cándido García -cuya paternidad está por demostrar si es que sigue adelante la exhumación para practicar las pruebas de ADN-, cuya relación muchos sitúan años antes de que éste alcanzase el estado clerical: el supuesto hijo ronda los 50 o más años, mientras que el cura falleció con 70.

La familia está disgustada por la decisión de reclamar ahora la paternidad -detrás de ello estaría el intento de gozar de parte de una cuantiosa herencia que rondaría los 1,2 millones demás de cuatro pisos- y no haber sabido nada antes. Incluso cuando Cándido García estuvo ingresado en el hospital ni con anterioridad su supuesto hijo trató de acercarse a él.

Amigos y feligreses, incluso el Arzobispo de Oviedo, han querido dejar claro, tras conocerse la historia, que pase lo que pase el gran legado de Cándido García nunca quedará ensombrecido.