Tras los atentados de Barcelona y Cambrils del pasado agosto, un preso marroquí del Departamento Especial de la prisión de Palencia se negó a ser cacheado por los funcionarios, para luego agredirlos, al tiempo que gritaba que apoyaba a los terroristas y deseaba que pusiesen más bombas, según denunció el sindicato CSIF. Este mismo preso ya había protagonizado incidentes similares el 11 de marzo de 2004, con motivo de los atentados de Madrid. En la prisión de Asturias, según los funcionarios consultados, no se han registrado incidentes de este tipo. Todo lo contrario. Un nutrido grupo de presos de religión islámica expresó ante los funcionarios su rechazo a la masacre terrorista, asegurando que se trataba de "una salvajada" sin justificación alguna y que sus autores "no eran verdaderos musulmanes", unos argumentos que también se han escuchado en las diferentes comunidades islámicas de Asturias y de la mayor parte del país. En la cárcel asturiana ha habido ilustres presos yihadistas, como Abdelkrim Bensmail, considerado el lugarteniente de Allekema Lamari, uno de los "cerebros" del 11-M. A Bensmail también se le relacionó con presos etarras.