La salvación de Vicente Prieto frente al lobo es una burra: "Kika", nacida hace siete años en Tapia de Casariego. El asno asturiano ha logrado con su "fino oído" frenar los ataques de cánidos salvajes en una explotación de carne del municipio de Germade, en Lugo. ¿Y cómo? El sistema de alarma es el siguiente: "Kika" rebuzna en el momento que un lobo se acerca a las vacas y así avisa a seis mastines que rápidamente pasan a posición de ataque.
"La burra detecta a los lobos muy rápido. Tiene un sistema auditivo magnífico", expresa el dueño de la ganadería A Touza, Vicente Prieto, de 52 años y con 80 vacas. El lucense estaba harto de sufrir daños del lobo y decidió buscar una solución. La mejor fórmula, según le aconsejaron, era tener un asno. Fue así cómo terminó comprando un asno a un particular de Tapia de Casariego, que bautizó como "Kika". El "poder" de estos animales frente a la fauna no sólo lo corrobora Prieto, sino estudios científicos.
La Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonesa (Aszal) y la Diputación de Zamora presentaron en marzo los resultados de un proyecto, desarrollado durante dos años en 22 explotaciones de la provincia y que demuestran que los burros pueden proteger al ganado del lobo. "Son animales grandes, con mucha fuerza y que pueden matar de una coz y perseguir a perros asilvestrados, zorros o lobos. Tienen buen oído, viven integrados con otros herbívoros y rebuznan y asustan a los depredadores", expresa el biólogo Javier Talegón. De hecho, pastores zamoranos ya han aplicado con éxito está fórmula en sus rebaños. Y en otros lugares de Europa, como los Alpes suizos, y Estados Unidos, se trata de una práctica muy extendida. Ahora es el gallego Vicente Prieto el que está encantado con su burra "Kika".
