El programa universitario para mayores de 50 años crece en alumnos, pero también quiere hacerlo en extensión territorial. La Universidad de Oviedo quiere ampliar a Mieres la oferta educativa, que hoy se imparte en Oviedo, Gijón y Avilés con 492 matriculados, 63 más que el año pasado. "Las limitaciones son presupuestarias, nunca de ilusión o de ánimo", recalcó el vicerrector de extensión universitaria, Francisco José Borge, con motivo ayer de la inauguración del curso. El rector Santiago García Granda insistió en que el objetivo de la institución asturiana es "mejorar la oferta" y, sobre todo, corregir el desequilibrio de alumnos entre concejos. Oviedo concentra el 72% de los inscritos: 355. "Es un renacer", aseguran los matricultados.

"No hay motivo para que Gijón tenga menos alumnos (70) que la capital de Asturias con la población que tiene. Somos ambiciosos", subrayó Francisco José Borge. Eso sí, agregó, "todo depende de la financiación; un programa como éste supone muchos miles de euros y la Universidad no puede hacerse cargo de todo". El programa, que se inició hace 16 años, cuenta no obstante con apoyo externo, sobre todo, de Caja Rural. En sentido, la directora, María Ángeles Fernández, hizo hincapié en la "dimensión social" de la iniciativa, la cual es "un éxito tanto en calidad como en cantidad". El rector se comprometió a "dar pasos" en la representación de las personas mayores en los órganos universitarios, "tal y como reivindicáis", indicó.

Al acto de ayer asistieron un gran número de estudiantes mayores de 50 años, ansiosos por volver a las clases. "Empecé a trabajar con 14 años como agente comercial y no tuve la oportunidad de estudiar. Esto para mí es el no va más. Aprendes de todo", cuenta María Ángeles González, ovetense de 71 años. Las asignaturas van desde envejecimiento activo y lengua castellana, hasta el conocimiento de la química y la "guerra de sexos".

Luisa Osorio, de 73 años, finalizó el programa de cinco años el curso pasado, pero ayer volvió a las aulas con tres asignaturas. "Empecé en broma y ahora me apunto a todo", dice esta ovetense. "La experiencia es maravillosa; no sólo por lo que nos enseñan, sino también por el compañerismo. Quedé viuda y me encontré muy sola. Este programa fui para mí un renacer", confiesa. Por su parte, María José Parrondo, de 65 años y recién jubilada como enfermera, se estrenó ayer en el programa: "Echo de menos la vida laboral y no podía quedarme en casa".