Hace ya dos años largos decidió volver a la política asturiana al frente de una lista de Izquierda Unida que alcanzó cinco escaños en plena irrupción de Podemos. Gaspar Llamazares (Logroño,1957) realiza un balance "agridulce" de ese retorno: satisfacción por el regreso en un momento de eclosión de la vida política pero decepción por la incapacidad para el acuerdo.

- ¿Tiempos nuevos en la dirección de la Federación Socialista, también tiempos nuevos para la izquierda asturiana?

-Estamos en un veremos. Se añade pluralidad a la izquierda asturiana y eso no es malo si cambiamos la cultura política del antagonismo. Lo que me preocupa es que hemos vivido el segundo año de legislatura en medio de la interinidad, por la situación interna del PSOE y el cambio de Gobierno en Madrid. Me inquieta que sustituyamos esa interinidad por un inter regno de años. No nos podemos permitir una legislatura perdida, en Asturias necesitamos el cambio como el aire que respiramos.

- ¿La elección de Adrián Barbón abre la puerta a que en Asturias se plasme en acuerdos la mayoría de izquierdas de la Junta General?

-Quiero creer que puede acabar con el período de interinidad y darle una mayor coherencia a la iniciativa política desde el partido que sustenta al Gobierno y desde el Gobierno pero no está garantizado. Primero tendrán que acomodarse entre la FSA y el Gobierno y después liderar una mayoría de izquierdas en Asturias.

- ¿La bicefalia en el PSOE alterará la estabilidad del Gobierno regional?

-No veo por qué. Hay una voz más pero la FSA habrá tomado nota del mal ejemplo de Cantabria para que en Asturias no ocurra lo mismo. Se debe preservar al Gobierno de las cuentas a saldar en el seno de la organización. No se pueden añadir problemas a un Gobierno que va al tran tran, más rehén de la inercia que del cambio. Por las declaraciones de los dirigentes y del nuevo secretario general parece que no habrá esos problemas.

- ¿Cómo va el acercamiento entre IU y Podemos?

-Balbuceante. Va muy lentamente porque la relación entre ambas fuerzas no ha sido la más positiva en los últimos meses. Nosotros podemos tener una responsabilidad, y yo puedo tenerla, en la falta de entendimiento pero Podemos establece una relación con sus pares de subordinación a la que IU no está dispuesta. Si hay una relación de igual a igual podremos avanzar en cuestiones tan relevantes como la ley de garantías sociales, el bloque de regeneración e incluso la reforma electoral. Además de ese acercamiento de la izquierda, debe ser una aspiración lograr consensos más amplios en asuntos estratégicos como la demografía y la financiación autonómica.

- ¿Habrá un nuevo Presupuesto pactado por la izquierda o será la crónica de un desacuerdo anunciado?

-Deberíamos hace un esfuerzo añadido para lograr un presupuesto de cambio en Asturias. Y si además tiene un mínimo margen, destinarlo a fortalecer los servicios públicos, poner en marcha los planes contra la contaminación y de los residuos y también la Oficina Anticorrupción. Existen las condiciones para que nuestras esperanzas de cambio tengan sostén presupuestario. En IU lo vamos a intentar hasta el último minuto, como el año pasado.

- ¿Qué puede hacer IU para evitar otra negociación estéril?

-Pues, por un lado, tratar de que el Gobierno no se ensimisme en una expectativa de prórroga cómoda sino que apueste por el riesgo de un Presupuesto de cambio y, por otro, crear con Podemos un polo de izquierdas para influir en un giro del Gobierno. En los próximos días habrá que redoblar esfuerzos y vamos a poner sobre la mesa una propuesta fiscal. Asturias ha llegado al límite de las rebajas fiscales y nos vamos a centrar en la progresividad, que quien más tenga más pague, por ejemplo en el impuesto de Patrimonio.

- IU ha criticado la gestión de algunas consejerías. ¿Qué le parecen los relevos?

-Aún se ve un Gobierno que prefiere la inercia o la seguridad de la gestión al cambio. El Gobierno, ahora que el Presidente ha vuelto de su aventura exterior, ha sido timorato al afrontar cambios en la gestión. La apuesta es más burocrática en la consejería de Empleo y más política en Infraestructuras pero no deja de ser el banquillo de la ahora minoría de la FSA. Los cambios debían haber sido más ambiciosos, introduciendo en el Gobierno a personas de otras sensibilidades del partido o de fuera del partido, lo que hubiera despejado algún escepticismo que existe en la izquierda sobre la voluntad de cambio del Gobierno.

- ¿Se aproxima el fin de ciclo de gobiernos de la izquierda en Asturias, que augura el PP?

-El PP confunde deseos y realidad. No he visto en la oposición del PP realmente una alternativa. Desde el Gobierno central, el compromiso del PP con Asturias es calamitoso, con una ejecución del veinte por ciento y si nos atenemos a los acuerdos en financiación podemos decir que es un compromiso contra Asturias. No veo esa alternativa del PP pero sí puede ocurrir que gane por incomparecencia del contrario. Por eso en la segunda parte de la legislatura nos jugamos la legitimación de las fuerzas de izquierda. No deberíamos jugar todo a la carta de la gestión o a la carta de la inercia.

- Sostiene Podemos Asturias que el resto de partidos miran demasiado a Cataluña.

-Para ellos, como para nosotros y en general para la izquierda, es un debate incómodo pero inevitable. La izquierda tiene un problema con el hecho nacional pero no debemos eludirlo. Podemos ha hablado en sus campañas de un patriotismo, a mi juicio peculiar. Desde Asturias, como desde el resto de España, es ineludible hablar de Cataluña; es necesario opinar y fijar posición. Manuel Azaña comenzó el camino político que reconocía la pluralidad de España y ahí es donde debemos trabajar, en el desarrollo federal del Estado de las Autonomías para dar respuesta pluralista y solidaria no sólo a Cataluña sino al resto de comunidades autónomas.

- ¿Será posible el consenso en Asturias ante la reforma de la financiación autonómica?

-No sólo ha de ser posible sino que es imprescindible porque nos jugamos mucho, la sanidad, la educación, la justicia. Y más allá de Asturias o nos concertamos con otros parlamentos que tienen parecidos retos y problemas o vamos a tener una solución muy desequilibrada. Es muy negativo acabar con el statu quo, lo obtenido en la negociación de los traspasos, y poner un tope a la solidaridad. Y no se pueden quedar al margen de esa solidaridad las comunidades con régimen de cupo.

- Entramos en el tercer curso de la legislatura. ¿Cómo llegará IU a las próximas elecciones autonómicas?

-Espero que llegue con un bagaje de política de izquierdas, seria y de apuesta por el acuerdo. No creo que deba mezclarse con otras culturas. No nos identificamos con algunas políticas neoliberales del PSOE ni con la política de desgaste y confrontación de Podemos. Somos una izquierda con cultura de lucha pero también de gobierno.

- ¿Repetirá de candidato?

-Dependerá de las circunstancias. Yo estoy comprometido con IU. Sé que a Daniel Ripa (secretario general de Podemos) no le gusto y no cuenta conmigo pero yo no me debo a Podemos, me debo a Izquierda Unida y a ella me someteré. Espero que IU sea capaz de presentarse con su propio perfil e identidad porque tiene muchas cosas de las que enorgullecerse y rentabilizar en esas elecciones.