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JOSÉ ANTONIO PRIETO | Decano de la Facultad Padre Ossó, adscrita a la Universidad de Oviedo

"Hacen falta educadores sociales en las aulas para abordar el acoso escolar"

"Queremos crear un instituto de psicomotricidad que atienda a niños con discapacidad y en el que nuestros alumnos realicen prácticas"

José Antonio Prieto. IRMA COLLÍN

José Antonio Prieto cumple un año al frente de la Facultad Padre Ossó con la misma ilusión con la que llegó al Decanato. Doce meses han sido suficientes para remodelar las instalaciones ovetenses, ganar visibilidad en Asturias y poner en marcha un sinfín de proyectos. Además de impulsar el grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (antiguo INEF), Prieto quiere introducir a los educadores sociales en las aulas y crear un instituto de psicomotricidad y calidad de vida. El nuevo rumbo de la Facultad se ha traducido este año en 200 matriculas más que el curso pasado. Tres de las cuatro titulaciones que ofertan (Infantil, Primaria y Terapia Ocupacional) están completas y con lista de espera.

- ¿Qué balance hace de este año al frente del decanato?

-El balance es muy positivo. Uno de los motivos por lo que cogí el gobierno de la Facultad fue por el personal que tenemos: joven y con ilusión. Creo que puede haber mucha más cercanía con los alumnos y quería darle una vuelta en ese sentido: que participasen más en la vida universitaria. Faltaba motivación.

- ¿Qué cambios han introducido en estos meses?

-A nivel organizativo, hemos creado la figura de los vicedecanatos, que aquí antes no existían. Ahora tenemos un vicedecano de organización académica y una vicedecana de calidad. También vamos a sacar en breve un vicedecanato de investigación. Nuestra apuesta ahora mismo es por la innovación y la investigación.

- ¿No se investigaba nada?

-Muy poquito. Nacimos hace 50 años del magisterio y nos dedicábamos sólo a la docencia. Con el cambio a "Bolonia", hubo una obligación de investigar, que, por otra parte, es lo que tiene que haber en una Universidad. Pero la investigación que se hacía era individualizada por parte del profesorado y tampoco se reconocía a los grupos de los centros adscritos. Nuestra apuesta es clara.

- También han hecho obras importantes.

-Sí, como decía, llevamos 50 años y tenemos que adaptarnos a los tiempos. Hemos construido una nueva aula de estudio, adaptada a todos los dispositivos electrónicos; hemos modernizado la biblioteca, creado una sala de informática y otra de trabajo cooperativo. Como proyecto de innovación, también hemos instalado videoconferencias para que los alumnos que no puedan asistir a la Facultad tengan la posibilidad de seguir las clases on-line.

- Nada más entrar en el centro, lo primero que se lee es la frase "Líderes en ti". ¿Por qué?

-Hemos intentado aumentar nuestra visibilidad. Teníamos la percepción de que nuestros alumnos marchaban con un buen recuerdo de la Facultad, sin embargo, ese mensaje se diluía en la calle. Al final la antigua escuela de Magisterio seguía siendo la antigua escuela. De ahí, la campaña de marketing. "Líderes en ti" es porque nos consideramos líderes en el trato individual. Es una escuela libre en todos los sentidos, también políticamente hablando.

- ¿La presencia de la Iglesia cree que les condiciona?

-Creo que al final es un poco de demagogia. No existe una Iglesia buena o mala. Y nuestra línea es estrictamente académica y social; simplemente tenemos una ideología, pero que respeta a todos. En este sentido, queremos que el siguiente paso sea salir a la calle. Queremos que la parte académica y la social vayan de la mano, y desarrollar acciones sociales a partir de asociaciones, ONG y la propia Universidad.

- ¿Qué otros proyectos tienen en mente?

-Una de nuestra iniciativas, y que ya propusimos al Gobierno, es que el educador social esté presente en los colegios. Los orientadores entraron por un desfase curricular de los alumnos, para ayudarles en la comprensión... Sin embargo, ahora hay una realidad social completamente diferente: está el acoso escolar, los problemas que se generan con emigrantes y refugiados... Se están dando problemas sociales complicados que un profesor no está preparado para abordar. El educador social, sí. Por eso, hemos propuesto al Principado realizar un proyecto piloto, que consiste en introducir educadores sociales de otras comunidades -en Extremadura, Cataluña, Castilla-La Mancha y Andalucía ya existe esta figura en las aulas- en los centros de Asturias para ver si funciona. Otro proyecto que tenemos en mente es crear un instituto de psicomotricidad y calidad de vida.

- ¿En qué consistiría?

-Hay muchos niños con discapacidad u otros problemas que están cubiertos en atención temprana, pero que a partir de los 3 años pasan al ámbito escolar y la única atención que reciben es la orientación del colegio, que muchas veces no es capaz de abordar todo lo que le viene encima. Tienen que recurrir, por tanto, a especialistas privados, pagando 80 o 100 euros por sesión. Nuestra intención es disponer de profesionales y también que nuestros alumnos hiciesen prácticas en ese instituto, de forma que las sesiones les saliesen lo más baratas posibles a los padres.

- ¿Implantar INEF en Asturias es el proyecto más ambicioso de Padre Ossó?

-Más que ambicioso es el más cercano. Esa necesidad venía de muy atrás y ahora tenemos la oportunidad de aprovechar las instalaciones de Mieres. Se hizo esa propuesta y, como vimos que había cierto interés por parte de la Universidad, sí que la hemos tenido como prioridad, pero sin dejar de lado el resto de proyectos. Nuestra intención no es competir con la Universidad de Oviedo; somos parte de ella. Lo que pasa es que la única manera de traer INEF a la región sin costes es a través nuestro. Calculamos que podríamos tener entre 40 y 50 alumnos por curso.

- ¿Tienen futuro los actuales estudiantes de Educación?

-Por ser optimista, veo dos puntos a favor. Primero, hay un relevo generacional grande. Cerca de un 30/ 40% de los profesores, tanto de pública como de concertada, está en período de jubilación, con lo cual se habla de muchísima oferta. Por ahí hay salida, al menos por un tiempo. Y por otro lado, son titulaciones muy vocacionales. Si no te gustan los niños, acaban contigo. Hay que intentar estudiar lo que te guste, aunque esté ya muy dicho.

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