Las inspecciones de Trabajo en el campo. Los productores de ambos frutos aseguran que sus actividades dependen del apoyo familiar, ya que en muchos casos no son profesionales y continúan con las labores agrícolas por mera tradición. En plena vendimia y con la "cosechona" de manzana a la vuelta de la esquina, los agricultores consideran que hay que diferenciar entre los grandes productores, al final empresarios, y los pequeños, que utilizan sus alimentos para el autoconsumo. En este contexto, el Principado ve "poco razonable que los trabajos de apoyo de vecinos y familiares puedan ser objeto de una inspección de Trabajo", como ya está sucediendo en Galicia.

La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, admitió ayer en Gijón, en el marco de la inauguración de la Feria del Campo Agropec, "no conocer a fondo el asunto", puesto que no hay constancia de que los controles se estén realizando en Asturias. En todo caso, añadió, "quiero pensar que son situaciones que se pueden explicar y que no tienen consecuencias para las explotaciones ganaderas". En el sector de la manzana, sin embargo, hay preocupación. "Es un mundo totalmente familiar. ¿Quién vive hoy en día de la manzana? Cuatro cooperativas. La mayoría no se dedican a ello, lo tienen como un plus", manifiesta Luis Sariego, presidente de la asociación sidra casera de Piloña, que considera que Empleo pone la puntilla a la crisis del campo. "La manzana no es rentable, como para que ahora se metan con la ayuda familiar. Vamos acabar tirando las pomaradas", protesta.

El director técnico de producción vegetal de Campoastur, Jorge García, pide diferenciar entre el apoyo puntual de familiares y amigos al trabajo de los temporeros. Esto último "hay que controlarlo", opina: "Nosotros contratamos ahora a más de 30 personas para la temporada de manzana y veo bien que inspeccionen y vean que todo sea legal". En esta misma idea coincide Fernando García, presidente de la cooperativa Principado Berries, que para la campaña de arándanos del verano contrató a más de 80 empleados. "No me alegro que haya controles, pero tenemos que jugar todos en la misma liga. Si es una empresa, hay que ir por el libro", comenta García. Distinto es, agrega, "que un hombre tenga que mover cuatro vacas o recoger la huerta".

Carlos Ron, responsable de la bodega Vitheras en Carballo (Cangas del Narcea) explica que familiares y vecinos siempre participaron en las recogidas de uvas, aunque en su caso se tratan de viticultores inscritos en la DOP. Otro profesional, José María Martínez también se opone a las inspecciones, ya que ponen en riesgo una tradición. Los sindicatos agrarios denuncia que en Galicia se están presentado inspectores con agentes de la Guardia Civil para poder identificar a quienes participan en las labores agrícolas y si procede multarles.