Camino de su tercer curso en la Junta General del Principado. Emilio León (Gijón, 1977) confía en la capacidad de Podemos como eje de "una alternativa de cambio" que fragüe en las autonómicas de 2019. Mientras tanto, considera positivo el rodaje, destaca como principales logros de su partido la comisión de las listas de espera de la sanidad pública y la reforma de la ley del ERA y defiende la estrategia de la formación morada sobre Cataluña en esta entrevista que continúa la serie iniciada por LA NUEVA ESPAÑA con motivo del arranque del curso político.
- La negociación del próximo Presupuesto regional se aproxima. ¿Abocados a un "déjà vu" o hay alguna posibilidad de acuerdo con PSOE e IU?
-Nuestra objetivo es conformar un Gobierno que esté a la altura en lo que queda de legislatura. Mi obligación es hablar con el Gobierno para ver unos Presupuestos que realmente reorienten la política en Asturias.
- ¿Para Podemos será más factible el entendimiento tras el cambio en la FSA?
-No sé si los cambios en el PSOE facilitarán esa tarea. Hasta ahora Javier Fernández no lo puso fácil, prefirió llegar a acuerdos con el PP. A día de hoy en la negociación presupuestaria el PSOE sólo tiene dos opciones, Podemos y el PP.
- ¿Dónde están los límites de la negociación para Podemos?
-Vamos a ser muy claros con el Gobierno. Ya hemos pasado dos años explicándoles como creemos que se deben hacer las cosas y no vamos a participar de ningún embrollo. El PSOE ha preferido marear la perdiz en dos ocasiones para terminar justificando un acuerdo con el PP. Cuando lleguen las propuestas del Gobierno responderemos con una serie de medidas, a las que seguramente sólo quepa responder sí o no, con una respuesta sencilla a propuestas claras. Una, sin duda, será la creación de la Unidad Anticorrupción y otra la integración del ciclo 0-3 años. No puede terminar la legislatura sin resolver ambas cuestiones.
- ¿El relevo en la secretaría general de la FSA abre otro escenario en la política regional?
-El PSOE tiene problemas estructurales que no se arreglan sólo con un cambio de caras. ¿Es un relevo que los dos candidatos a las primarias sumen 32 años de política profesional? Soy prudente respecto a los cambios de caras, me gustaría ver gestos que, por ahora, son más bien pocos en cuestiones como la corrupción y el desmantelamiento de lo público.
- ¿Cómo valora los cambios del Gobierno?
-Es una crisis de gobierno no reconocida, en la que tiene mucho que ver el papel exigente que hemos tenido en la Junta. Cuando el caso Marea nadie quería dimitir; ahora como se ve con el GITPA dura menos un director o un Consejero, gracias a que hay luz y taquígrafos. El Gobierno de Javier Fernández carece de proyecto y horizonte. Sus cambios tienen mucho de repliegue y bunkerización.
- ¿Progresa adecuadamante el acercamiento a IU?
-Con IU y otros colectivos sociales tratamos de construir una alternativa y creo que vamos por el buen camino. Estamos trabajando en las leyes que deberá implementar un gobierno de cambio en 2019.
- Pero estamos en 2017. ¿Comparte el temor de Gaspar Llamazares de que ésta sea una legislatura perdida?
-No comparto la percepción de Llamazares. Entiendo que a resultas del fracaso de su pacto de investidura, él crea que se han perdido dos años pero no ha sido así. Ha habido dos hitos en la actividad parlamentaria. Uno es la comisión de las listas de espera en la sanidad, se han demostrado los problemas en la gestión y eso hará que tengamos una sanidad mejor. En el ERA se negaba el problema y se ha aprobado una ley que obliga al Gobierno a devolver el dinero a las familias.
- Ha dicho que los políticos asturianos hablan demasiado de Cataluña pero usted ha ido a una asamblea, en Zaragoza, con cargos públicos de otros partidos, para hablar de esta cuestión. El alcance del problema es evidente.
-Estamos muy preocupados, lo que pasa en Cataluña trasciende en todo el país. Pero no creo que haya que consagrar el Día de Asturias a hablar de Cataluña. Nos reunimos en Zaragoza para decirle a Rajoy que si le sobran los catalanes y Cataluña, a nosotros no. Hay que tender puentes, no hacerlos saltar. La Gürtel y el 3 por ciento hasta hace bien poco se ponían de acuerdo en las mordidas y en la forma de gestionar, ahora se presentan como antagónicos y hacen saltar todos los puentes. Es una mascarada que no sabemos muy bien adónde está llevando.
- ¿La posición de Podemos sobre Cataluña, con posiciones ambivalentes, no resulta ambigua?
-La posición de Podemos lejos de ser ambigua es muy valiente, no se atrinchera en las soluciones tradicionales que nos han traído a esta situación. Confío en el criterio de los catalanes, creo que hay una mayoría que les gustaría participar de un proyecto común y sólo la acción del PP está sumando adhesiones al independentismo.
- ¿No se está dirigiendo el foco del descontento y la movilización contra el PP a la cuestión catalana?
- A nadie se le ocurriría jugar con algo tan serio. Sólo la política del PP ha convertido en mártir a un Artur Mas que salió en helicóptero del Parlament tras ser el pionero en las políticas de recortes que luego aplicaron los populares. Son otros los que arrojan gasolina y polarizan la situación en Cataluña.
- ¿Hay licencia para todos los excesos en este conflicto?
-Hay una escalada retórica que no ayuda nada. Muchos de los que comparan las urnas con el 23-F seguramente celebraron el golpe de Estado aquella noche. Y también es un despropósito comparar la situación actual con lo que combatieron nuestros padres y abuelos pero hay que evitar cualquier recorte de libertades y derechos.
- En esta coyuntura llega la reforma de la financiación autonómica. No parece el marco más propicio para un debate sosegado.
- El tacticisimo del PP y la situación de Cataluña no ayudan en nada a una reforma que podría contribuir a la cohesión. El PP antes de tener un modelo de financiación autonómico ya decidió la asignación del cupo vasco. La prioridad del PP fue dar estabilidad a Mariano Rajoy tras la investidura y no se tomó en serio el debate sobre la financiación.
- ¿Habrá juego de tronos en el congreso autonómico de Podemos?
-Si algo ha demostrado el funcionamiento en Asturias es un cierto grado de estabilidad en estos tres años, de tratar de entenderse con las distintas sensibilidades que habitan Podemos y poner en marcha un proceso municipalista que abre una suerte de corriente de democratización, por abajo. En Vistalegre nos mantuvimos al margen de disputas que tenían que ver más con caras que con otras cuestiones. Aquí al contrario que en otros partidos, la gente no se pelea por las sillas si no por recuperar la vida normal que uno tenía antes de meterse en esto.
