El desafío secesionista de Cataluña planeó ayer sobre el Pleno del Parlamento asturiano aunque no formaba parte del orden del día. Pero la realidad manda y el turno de preguntas al Presidente sirvió de altavoz a los mensajes del propio Javier Fernández; de la presidenta de los populares asturianos, Mercedes Fernández, y del portavoz de IU, Gaspar Llamazares, sobre el mayor reto al que ha sido sometido la democracia española desde el fallido golpe de Estado del 23-F. Las alusiones a la amenaza independentista compartieron guión con la inminente negociación del Presupuesto y con la factura política del "caso Marea" en los "cara a cara" que el Presidente mantuvo con los portavoces parlamentarios.

Javier Fernández se pronunció sobre la situación generada en Cataluña tras el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre después de que el nuevo secretario de la FSA, Adrián Barbón, advirtiera en la víspera que "quien fija la posición oficial de los socialistas de Asturias soy yo" y respaldase la estrategia de Pedro Sánchez de abogar por el diálogo como vía de solución. El presidente del Principado aprovechó el guante que le tendió Llamazares al hablar de la crisis territorial en la que está inmersa España y sus posibles consecuencias sobre Asturias. "En relación al asunto de Cataluña he sido siempre claro, lo soy ahora y antes incluso de que el Rey manifestara su posición. Y no digo que me anticipé a nada sino que era una cosa bien sabida: dejé muy claro que entiendo que no hay negociación cuando no hay ley. Es decir, lo primero es volver al orden constitucional y luego, por supuesto, hablar", afirmó Fernández. Sus palabras hasta dejaron entrever cierto optimismo: "Creo que las dos cosas van a ocurrir", dijo.

El Presidente verbalizó las, a su juicio, líneas rojas que deben delimitar ese futuro diálogo. "Se debe hablar hasta la autodeterminación, que la descarto, o la confederación, que no me parece una solución razonable, porque eso conduce esencialmente a la balcanización. Esa es mi posición para que la tenga clara todo el mundo si es que alguien no la tenía", manifestó el Presidente mientras que desde el Gobierno regional se evitaba valorar el llamamiento, en clave orgánica, de Barbón a la "mesura" y "la prudencia" en las valoraciones sobre Cataluña.

A esas alturas de la sesión, la presidenta de los populares, Mercedes Fernández, había declarado en su intercambio de pareceres con el Presidente que "indudablemente Asturias está mejor en la España dentro de la ley". La portavoz del primer partido de la oposición hizo ese inciso en una pregunta con la que trató de poner en evidencia la negativa de los socialistas a la propuesta de "universalizar y hacer gratuito" el ciclo educativo hasta 3 años. "Les pierde el sectarismo y, como se trata de una propuesta del PP, tuvieron la desfachatez de dar a la tecla del no", reprochó Mercedes Fernández, para quien "la izquierda se pelea todos los días pero no ha hecho nada por Asturias, tienen muchos prejuicios en sus cabecitas".

Llamazares había sacado a colación la cuestión catalana para, por un lado, concluir que "no es el momento de la confrontación y la ruptura" y, por otro, demandar, una vez más, la conveniencia del entendimiento de la izquierda en Asturias e incluso de toda la Cámara ante asuntos como la reforma del sistema de financiación. Javier Fernández reiteró su disposición a la búsqueda de una "mayoría de izquierda que indudablemente hay en esta Cámara" aunque para ello, señaló, hay que "superar la coalición negativa". El Presidente aseguró que no pondrá "obstáculos" mientras "no se desnaturalice nuestro programa electoral".

En el resto de "cara a cara" con los portavoces parlamentarios no hubo alusiones expresas a Cataluña. Emilio León (Podemos) expresó sus dudas de que el Gobierno les pueda ofrecer "un presupuesto ilusionante para 2018; Cristina Coto (Foro) le exigió responsabilidades políticas por el la sentencia del caso Marea mientras que con Nicanor García (Ciudadanos) el debate fue de naturaleza fiscal.

El momento de mayor tensión se produjo en el intercambio con la presidenta forista, que afeó a Javier Fernández que "lleva 7 años y 8 meses sin asumir ninguna responsabilidad" por el caso Marea, una alusión a la que el presidente del Principado le respondió que tomó decisiones como la expulsión de Riopedre. "Y lo hice rápido porque estaba muy tranquilo. Si me llama un juez para preguntarme por la financiación de mi partido, que no lo hará, le diré que hablaba con el gerente de esas cosas; pero su secretario general cuando le preguntaron por Bárcenas, dijo que hablaba con él de toros, de arte y de fútbol", afirmó Fernández en alusión a Francisco Álvarez-Cascos y el caso Gürtel. Coto calificó de "cobardía" esa respuesta antes de que el presidente de la Junta le apagara el micrófono del escaño porque no estaba en el uso de la palabra.