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Condenados tres dentistas por el calvario de seis años de una paciente ovetense

Lo que iban a ser dos implantes se convirtió en un largo sufrimiento | "Los fallos afectaron a todo mi organismo", afirma Mercedes Fernández

Mercedes Fernández, en su casa de Oviedo, con la pila de documentación referida a su caso. IRMA COLLÍN

Lo que iba a ser la colocación de dos implantes dentales que no parecían ofrecer mayor dificultad, se convirtió en seis años de calvario que incluyó problemas de vista, de oído, de equilibrio, dificultades locomotoras y una fuerte depresión reactiva que, en su fase más aguda, se tradujo en 408 días con la salud quebrantada, de los cuales 272 fueron de impedimento grave. La justicia ha determinado que el problema fue originado por la mala praxis de dos dentistas asturianos y prosiguió con más errores de una clínica dental madrileña. Finalmente, debió ser resuelto por dos dentistas franceses. La Audiencia Provincial de Oviedo acaba de condenar a los tres centros dentales -todos ellos considerados de prestigio, no del tipo "low cost"- a abonar de forma solidaria 46.403 euros a la paciente, la ovetense Mercedes Fernández Menéndez. Se da la circunstancias que estos días el cantante Antonio Carmona permanece ingresado en la UCI, con sedación y ventilación mecánica, como consecuencia de una infección por unos implantes dentales.

Los dentistas ahora condenados habían recurrido la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 5 de Oviedo. Pero lo único que consiguieron es que la sección quinta de la Audiencia la confirmase en sus contenidos esenciales y que incluso modificase ligeramente al alza (en unos 1.300 euros) la compensación económica otorgada a la paciente. Los magistrados han concluido que la mujer "sufrió unos serios problemas dentales debidos a una serie de actuaciones e intervenciones no acordes a la adecuada praxis".

En el proceso judicial fue determinante el testimonio de la doctora francesa Brigitte Nguyen, a la que Mercedes Fernández había acudido en enero de 2011, durante un viaje a Burdeos, para realizarse una limpieza de boca. Ella fue la que "inmediatamente" -su braya la paciente- constató el mal estado de su boca, que sufría los efectos de un desequilibrio oclusal, es decir, una falta de encaje entre los dientes superiores e inferiores, origen de todos los padecimientos que venían aquejándola. Asimismo detectó, según recoge la sentencia de la Audiencia Provincial, "que el implante de la pieza 25 tenía roto el tornillo, un falso pilar a presión y la corona sellada con cola y no atornillada".

"La doctora Nguyen aceptó responder a todas las preguntas que yo venía planteando a mis dentistas en relación a los problemas que me estaban sobreviniendo, y que no habían obtenido respuesta", relata Mercedes Fernández. Y agrega: "Luego aceptó el reto de explicarme uno a uno los problemas originados en mi boca y también el de reflejarlos por escrito". Tiempo más tarde, la especialista francesa se desplazó a Oviedo para, mediante intérprete, prestar declaración ante una jueza.

Una vez conocido el diagnóstico, quedaba hallar la solución. "Mis médicos no quisieron responsabilizarse, y terminé poniéndome en manos del doctor Pierre Combescot, también de Burdeos, cirujano especialista en oclusión". Combescot corroboró la existencia de "un desequilibrio oclusal grave con severas alteraciones del aparato masticador".

La paciente refiere que fue en 2007 cuando, a causa de una infección bucal, acudió a un dentista, que le recomendó retirar un puente fijo, ya antiguo, y colocar en su lugar dos implantes. Más tarde, ese profesional la derivó a otro para que le colocara una prótesis. Ya fue entonces, finales de 2007, cuando comenzaron el malestar y las molestias, entre ellas fractura de piezas y dificultad en la masticación. Ahí arrancó la cadena de errores que, incluso pasando por Madrid, terminó requiriendo dos años de trabajo del citado dentista francés, que concluyó su tarea en julio de 2013. Comenzó entonces la andadura judicial, que ha desembocado en una sentencia de la Audiencia de Oviedo.

"Lo que más me interesa es que la gente sepa que las malas prácticas de algunos dentistas, incluso de los de mucho renombre, pueden producir daños muy graves. También debe saberse que este tipo de situaciones pueden ser objeto de reclamación y que es posible obtener una resolución justa si se persevera en el intento", señala Mercedes Fernández. Sus padecimientos, que afectaron "a todo mi organismo", la obligaron a permanecer siete meses de baja laboral en su trabajo de profesora titular de Francés de la Universidad de Oviedo, del que se ha jubilado recientemente.

De otro lado, Mercedes Fernández denuncia lo que considera "una carencia inexplicable": "La escasa formación de los dentistas españoles en lo relativo a las alteraciones de oclusión, que pueden llegar a desencadenar un problema mayor de salud", mientras que "en Francia son materia de un máster multidisciplinar de dos años de duración en las facultades de estomatología".

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