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El nuevo reglamento universitario reduce un 40% las solicitudes de permanencia

La institución académica confía en iniciar desde este curso "un cambio notable" en la cifra de abandonos de alumnos

El nuevo reglamento universitario reduce un 40% las solicitudes de permanencia

La modificación del reglamento de permanencia de la Universidad de Oviedo, completada en el verano de 2016, ha visto ya sus efectos, reduciéndose de manera sustancial el número de solicitudes presentadas desde la entrada en vigor de la nueva normativa. Al cierre del curso 2015-16 (el último del que existen datos) se habían contabilizado un total de 385 solicitudes, cerca del 40% menos si se atiende a la evolución del último lustro, según los datos que maneja el Consejo Social. Y se espera una reducción todavía mayor. La Universidad de Oviedo espera una bajada significativa de las cifras de abandono de cara al presente curso académico, una vez asentados los nuevos requisitos del reglamento de permanencia, que funciona como el único filtro de la institución para revertir las cifras de alumnos que abandonan sus estudios.

Esa normativa tuvo que ser modificada para flexibilizar algunas de las exigencias allí recogidas. El último texto vigente mantiene la obligación de aprobar una asignatura anual (12 créditos) por curso y 90 créditos para pasar a cuarto curso pero regula y flexibiliza las excepciones. La misma norma convierte la convocatoria de gracia en una séptima ordinaria y establece que solo se contabilizará como agotada cuando el estudiante se presenta al examen. La modificación del reglamento incluía asimismo un cambio en el aspecto más conflictivo del anterior modelo, que preveía la expulsión de la Universidad de aquellos alumnos que, al concluir el tercer curso, no tuvieran aprobados al menos 48 de los 60 créditos de primero (8 de 10 asignaturas).

La consecuencia directa de todos esos cambios es que las solicitudes de permanencia en la Universidad de Oviedo se aproximan a las registradas hace casi un lustro. En el curso 2011-12 eran 228 las solicitudes de permanencia y en curso posterior, 258. Sin llegar a esos niveles, en 2015-16 ya se retrocedió a 373 frente al aluvión de los años 2013 y 2014 en que se superaba el medio millar de solicitudes. Una mayoría de ellas proceden, como es natural, de los centros más numerosos: la Facultad de Ciencias, la Politécnica de Gijón, Derecho y la Facultad de Economía y Empresa.

Según el rector Santiago García Granda, si se sigue la evolución iniciada desde el pasado septiembre con el arranque del nuevo curso académico, comenzará a apreciarse un cambio notable respecto a la tendencia actual en pocos meses. El máximo responsable de la institución académica asturiana reconoce que las tasas de abandono más recientes son "muy altas" y conviene avanzar hacia un escenario distinto. La ausencia de controles en la mayoría de las titulaciones y el hecho de una mayoría de los nuevos alumnos entren sin más filtro que hasta que se cubran todas las plazas ofertadas impide mantener unas tasa de graduación en niveles óptimos. "Ahora mismo no hay selección más allá de la PAU", reconoce García Granda. Flexibilizar el reglamento de permanencia y estudiar en profundidad por qué los universitarios dejan sin estudios son los dos grandes retos que se planteó el equipo rectoral para este mandato.

De las solicitudes de permanencia presentadas en el curso 2015-16 fueron autorizadas 218; archivadas, 71; 12 entraron en proceso de subsanación; se presentaron 6 recursos; 36 no fueron admitidas y el número de autorizadas se redujo a 218.

El último informe del Consejo Social de la Universidad sobre las asignaturas con más bajas tasas de rendimiento señala que lo grados de Educación Social y Maestro de Primaria de la Facultad Padre Ossó, el de ingeniería Geomática de la Politécnica de Mieres, el de Ingeniería Eléctrica de la Politécnica de Gijón y el Lengua Española y sus Literaturas de la Facultad de Filosofía y Letras son los que se encuentran a la cola. Del otro lado, Turismo, Odontología, Enfermería y Medicina presentan las tasas más bajas de abandono, que coincide también con la cohorte de alumnos con mayor tasa de eficiencia, esto es, la relación porcentual entre el número total de créditos superados y el número de créditos matriculados a lo largo de sus estudios. No obstante, desde el Consejo Social se destaca que los centros están trabajando "de manera ordenados y muy intensa" en el seguimiento y corrección de las anomalías y desviaciones de sus tasas de rendimiento en los grados y másteres. Se aconseja, de cualquier forma, evitar tanto las fragmentación como la rotación excesiva de profesorado en las asignaturas y en sus programas y que los sistemas de evaluación sean homogéneos, para evitar así injerencias en el rendimiento del alumnado y que ello derive en problemas de permanencia.

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