Portugal se enfrenta a su peor catástrofe con, de momento, al menos 38 personas muertas por la ola de incendios forestales que afecta desde el fin de semana al centro y norte del país, que aún tiene muy presente el drama del fuego del junio que causó 64 muertos. Las llamas han causado, además, 55 heridos, 15 graves. Y hay varios desaparecidos, entre ellos, un bebé de un mes.

El número de incendios ha superado el medio millar y, según Protección Civil, a última hora de ayer quedaban activos unos 40. Hay 12 carreteras cortadas por precaución.

El Gobierno ha decretado tres días de luto como gesto de solidaridad.