Elías García, guarda de caza y propietario de un núcleo rural en Monón (Allande), jamás vivió situaciones como las de estos días. "Desde aquí se veía por la noche un fuego grande en Corondeño, para Berducedo, donde también quemó el monte de Cabral. Ahora el pueblo ya está a salvo, pero es cierto que quemó alguna que otra casa en sitios abandonados como La Grandeira y El Castro", dijo. Este vecino de Monón puso de relieve también que "donde se queman los pastos la gente se queda sin ellos". En cuanto la autoría, dice que "no cabe duda de que son provocados. Es terrible lo que está sucediendo, estamos perdiendo el Suroccidente", informa A. P. P.