"Ophelia", el ciclón tropical, que ya se encuentra sobre Irlanda, ha contribuido al efecto devastador de los incendios en Asturias y Galicia. Se ha dado la combinación perfecta para que el fuego encontrara el mejor ecosistema para crecer: viento fuerte y cálido, temperaturas altas, baja humedad relativa y sequía. Ayer, el cielo de Londres quedó cubierto por una inusual capa de color amarillo creada por el polvo del desierto del Sáhara que ha arrastrado consigo "Ophelia" y también debido al humo procedente de los incendios forestales de Portugal y España.

Conforme ha avanzado el día, las temperaturas han descendido pero, pese a ello, hay una veintena larga de focos de incendio que siguen poniendo en peligro varios núcleos del Principado, especialmente en el Suroccidente, que sufre -como el resto de la región- las consecuencias de meses de escasas lluvias y altas temperaturas, incluso bien entrado el otoño.

Por eso, Asturias fía ahora la extinción de los incendios a la lluvia. Alivia la llegada, hoy, de un frente que traerá cielos nubosos y chubascos que se desplazarán de este a oeste, acompañados de tormentas, siendo probable que sean más intensos y frecuentes en la Cordillera, con temperaturas en descenso. Así, Oviedo registrará un mínima de 12 grados y una máxima de 16; en Gijón se oscilará entre la mínima de 14 y la máxima de 18, y Avilés entre una mínima de 14 y una máxima de 19.

Con idéntica esperanza viven en Galicia tras la llegada de las primeras lluvias. Nunca el agua fue tan bien recibida.