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"Casi ardemos tratando de sacar las vacas"

Seis reses muertas y 59 heridas: el drama de Héctor García, ganadero del Valledor (Allande) que, como otros, perdió animales y enseres por el fuego

Héctor García mira los restos de una de sus terneras, quemada en el pinar próximo a la finca en la que estaba el ganado. D. ALVAREZ

"Casi ardemos nosotros intentando sacar a las vacas del fuego y no pudimos hacer nada por ellas", asegura el ganadero Héctor García, de Fonteta (Allande), que perdió cinco terneras y una novilla de dos años en la noche del lunes a causa del incendio que volvió a asolar al Valledor.

El fuego prácticamente les rodeaba. Avanzaba por el Pozo de las Mujeres Muertas, desde el pueblo ibiense de Seroiro, y por la Sierra del Gallardo, sobre Fonteta, desde Uría (también en Ibias). De este modo, cuando Héctor García había conseguido salvar una parte de su ganado, en plena noche, se percató de que los animales que tenía en los pastizales de la sierra estaban también en peligro. Cuando llegó a la finca donde guardaba a un buen número de reses vio que habían intentado escapar del fuego y algunas consiguieron salir adentrándose en el monte. "Se fueron a meter en las llamas, las hubo que se quedaron por el camino, asfixiadas o quemadas, y las que aún estaban vivas murieron después de que las encontré", lamenta. Las que se quedaron en el prado, unas 30 vacas y 29 terneros, no se libraron del fuego y presentan quemaduras en barriga y patas.

Durante estos tres días el trabajo de los ganaderos ha sido registrar el monte palmo a palmo en busca de los animales que echaban en falta e inesperadamente aún tienen buenas noticias. Ayer por la mañana encontraban viva una de las terneras desaparecidas en su ganadería, aunque con graves quemaduras.

Otro vecino, de Villanueva del Valledor, Rubén López dio también ayer con una vaca que había escapado durante el incendio. En su caso, logró no perder ningún animal, a pesar de tener 600 cabras. "No perdí ningún animal a costa de poner mi piel en juego y arriesgarme, conseguí sacarlas del redil y subirlas al Pozo de las Mujeres Muertas, donde llegamos a estar rodeados por el fuego", señala López.

Ambos ganaderos coinciden en destacar que gran parte de la culpa de que los incendios se propaguen con tanta facilidad es "la mala gestión que se está haciendo de los montes, sin desbroces ni cortafuegos", aseguran.

A las pérdidas de animales, que también se registraron en otros pueblos allandeses como Tremado, se suman los de pastos, forrajes, cierres de fincas, almacenes e incluso casas.

"Después del incendio del Valledor de 2011 pensé que no vería una cosa peor, pero esto lo fue", concluye Héctor García.

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