Javier Junceda Moreno, académico de número de la Real Academia de Jurisprudencia, analizó ayer en el Colegio de Abogados de Oviedo la figura de Ramón de Campoamor como jurista, faceta en la que sólo publicó un único trabajo que le supuso severas críticas, lo que hizo que se limitara al campo de la filosofía y la literatura.

"Filosofía de las Leyes", publicada en 1846, se sustenta en el "sentido común" como fundamento, explicó Junceda, reconociendo su "carencia de bases doctrinales o dogmáticas". Campoamor concebía el "derecho como anterior a la ley, de la que ésta debe tomar razón" porque, añadía, "las leyes naturales son preceptos divinos, que llevan consigo su propia ejecución o castigo", siempre tomado en términos teológicos.

Partiendo de este principio, el poeta naviego insistía en que "cualquier forma de gobierno es óptima si es capaz de contar con las personas de mayor valía", y que si la Administración era fuerte, las oscilaciones políticas no afectaban al Estado.

En materia penal indicaba que sólo había delito cuando el criminal era inteligente y libre, y que no podía ser castigado en ningún otro caso.

En materia de Derecho Civil, Campoamor defendía la propiedad individual y también dedicaba un apartado a las mujeres cuya "condición natural es la esclavitud", afirmaba.

Sus críticos, señaló Javier Junceda, fueron incluso "crueles" y reclamaron que se impidiera la circulación de "Filosofía de las Leyes", por el "peligro de que beban el veneno de la mala doctrina" los jóvenes.