Asturias escancia el primer culín con sabor mundial. El Principado y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias ultiman la composición de la comisión de expertos que impulsará la candidatura del caldo regional como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en marzo de 2019. Según adelantó ayer el director general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Jesús Casas, la mesa de trabajo estará compuesta por una docena de especialistas del ámbito de la gastronomía, las humanidades, la antropología y la sidra. El Consejo Regulador liderará este proyecto con el objetivo de involucrar a toda la sociedad. "Conseguir la declaración de la Unesco sería una bomba para Asturias", aseguró el gerente de la DOP, Daniel Ruiz.
En la comisión estará presente el historiador lavianés Luis Benito García, cuya tesis doctoral sirvió para impulsar la candidatura en 2012. Sin embargo, el proceso se ralentizó con varias elecciones de por medio hasta quedar en punto muerto durante más de dos años. La gran alianza del sector en junio -la entrada de "Sidra Seleccionada" en la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias- motivó al Gobierno regional a poner en marcha de nuevo la iniciativa. Esta vez con la intención de demostrar que la asturiana "es la madre de todas las sidras" que existen en el mundo, como defiende Jesús Casas.
El "super reto" será convencer a la Unesco de que "algo inmaterial, como la sidra, que no se ve" merece ser mundial. Porque "lo que queremos no es declarar Patrimonio de la Humanidad la botella, sino el proceso", la cultura, aclara el director general de Agroalimentación. Todo ello requerirá un "gran esfuerzo", como reconoce Daniel Ruiz, en el que tendrán que tomar partido todos los sectores.
Los representantes de la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales y del Consejo Regulador Sidra de Asturias hicieron estas declaraciones en el marco de la primera jornada científica sobre la "Historia y la cultura de la sidra en Asturias", celebrada ayer en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. Jesús Casas defendió en ellas que hay que compatibilizar la rentabilidad económica de la sidra con su faceta emocional como símbolo territorial. "Tenemos que creérnoslo y salir más al exterior, porque en Asturias ya es difícil aumentar las cifras de consumo", expresó.
En la jornada científica, organizada por el Consejo Regulador, participaron entre otros expertos el profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo Luis Benito García. El historiador hizo un interesante repaso por la historia y la cultura sidrera, y desveló datos curiosos como el origen de la palabra chigre: "Aunque parece muy asturiana, es de origen foráneo e industrial". En concreto debe su nombre a una grúa francesa que recoge redes y cuyo movimiento se asemejaba al descorchador de sidra. "Después el nombre se asoció también al local. Anteriormente el chigre se llamaba taberna", agregó.
Benito también hizo hincapié en que "pese a ser la sidra una cultura milenaria, su imagen más icónica, el escanciado, tiene poco más de cien años". La figura del escanciador toma protagonismo después de la Guerra Civil una vez nace el recipiente molde hierro y se perfecciona el vaso de sidra. El primer campeonato, contó el historiador, se celebra en las fiestas de San Agustín del Naranco en 1953. Ese mismo año se organizó otro torneo por San Mateo, del que salió el campeón de Asturias del escanciado.
El profesor lavianés, que se apoyó en cuadros de la época y escritos de Armando Palacio Valdés durante su charla, explicó asimismo que la sidra fue concebida en el pasado "más sana que el agua", aunque esa imagen cambió con el paso de los años al vincular el absentismo laboral con las borracheras de sidra. El caldo regional fue asimismo parte del rito que los jóvenes asturianos cumplían para entrar en la mocedad.
