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La patrulla mariposa: una treintena de voluntarios vigilará su vuelo en Asturias

Medio Ambiente crea una red de seguimiento en parques naturales para corroborar que los lepidópteros avanzan hacia las cumbres fruto del cambio climático

A la derecha, Hugo Mortera en Somiedo, junto al director del parque natural, Luis Fernando Alonso. Á. GONZÁLEZ

Llega a Asturias la patrulla mariposa. Una treintena de voluntarios integrarán la red de seguimiento de lepidópteros, que la consejería de Medio Ambiente acaba de lanzar para evaluar el impacto del cambio climático sobre sus 144 especies. La región aglutina más del 60% de las variedades que habitan en la Península Ibérica e incluso triplica en número a las registradas en el Reino Unido. Algunas de ellas son nuevas, como la "Satyrus actaea", propia de León, aunque cada vez más frecuente en el Suroccidente debido al calentamiento global. "La tendencia general es que las mariposas se están expandiendo hacia el norte y hacia las cumbres. Es decir, están subiendo en latitud y en altitud. Pero eso hay que comprobarlo en Asturias", explica Hugo Mortera, el mayor experto en estos insectos.

El biólogo gijonés será el encargado de formar a los voluntarios que decidan participar en el proyecto. El objetivo del Principado es captar a treinta personas, seis por cada parque natural, aunque ya con 15 se podría realizar: Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, Somiedo, Las Ubiñas-La Mesa, Redes y Ponga. "Puede colaborar quien quiera. Se trata de escoger un itinerario -de un kilómetro de longitud- en los hábitats de mayor diversidad de mariposas, caminar despacio y contar cuántos individuos de cada especie van viendo", detalla Mortera, que impartirá charlas divulgativas en cada parque del 2 al 14 de noviembre, a las 17 horas.

El seguimiento deberá ser "constante", durante más de diez años, para que los datos reflejen una evolución fiable de las mariposas en Asturias. Y el número de salidas tendrá que ser "como mínimo de diez al año", aclara el experto gijonés. Las mejores épocas de observación son de mayo a septiembre en el caso de las especies que vuelan por debajo de los 500 metros, y de junio a agosto para los lepidópteros que viven en zonas altas. El censo seguirá el sistema internacional denominado Butterfly Monitoring Scheme (BMS) y los resultados obtenidos se integrarán en una red europea de seguimiento de lepidópteros que coordina a investigadores, gestores y voluntarios.

Hugo Mortera celebra el paso dado por el Principado, ya que el proyecto permitirá tener un conocimiento más amplio de la población. "Igual que se hacen censos de osos y de jabalíes, las mariposas también se merecen un respeto", asegura. Su importancia en el campo es fundamental, puesto que "son unos excelentes indicadores del cambio climático y de las modificaciones en el uso del territorio". Por ejemplo, "se sabe que cuando en una finca crece el matorral, los lepidópteros desaparecen", indica.

En Asturias, esta red de seguimiento no será la primera, ya que existe otra desde 2013 funcionando en los Picos de Europa con 11 itinerarios, pero sí la de mayor entidad. "Es un trabajo que en Europa ya se viene haciendo desde los años 70. En España empezó en 1994 en Cataluña con una red de un centenar de rutas ahora mismo activas. Y hacía falta una regional", comenta el biólogo. En el Principado están amenazadas cinco especies, entre ellas la "Maculinea nausithous", que corre serio riesgo de extinguirse. En la actualidad sólo se localiza en las cercanías de la localidad de Tarna (Caso). Pese a ello, Asturias carece de un plan de protección autonómico, como ya tienen otras regiones.

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