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Vivir en La Fresneda es terrorífico

Monstruos, brujas, vampiros y toda suerte de personajes de miedo animaron Halloween en la localidad, donde seis casas encantadas divirtieron y aterrorizaron a los más jóvenes

la araña noa. S. ARIAS

Suena una motosierra encendida, dentro sólo hay oscuridad y se escucha cómo alguien arrastra una pala por el suelo. Afuera, momias colgadas del portón y muertos que perecieron bajo el cortacésped. Los pelos como escarpias y el miedo que inunda los cinco sentidos mientras se escuchan gritos de pánico en el interior. Es "El Bosque de los muertos", donde Guillermo Bartolomé y su familia crearon un terrorífico itinerario por su casa para celebrar la noche de Halloween en La Fresneda (Siero).

Como ellos, otras cinco familias participaron en el ya tradicional concurso de "Casas Encantadas" que organiza la asociación de vecinos de la urbanización. Una apacible localidad que cada noche del 31 de octubre se convierte en el paraíso del terror con cementerios, mazmorras, locos sueltos, zombis, brujas, dragones y hasta arañas asesinas que sirven a las familias para pasar una tarde de diversión. Aunque para algunos, los más pequeños, fuese más bien de pánico.

"¡No quiero entrar!", se escuchaba constantemente entre chillidos frente a la casa de los Bartolomé. Pero al final todos daban el paso y entre el miedo y la adrenalina conseguían llegar al final. "Mezclamos el bosque con un matadero y, sobre todo, lo que hacemos es asustarlos cuando pasan; lo hacemos para dar un poco de miedo y pasarlo bien", comentó el ideólogo de la casa.

Tampoco invitaba a entrar "La Senda del Dragón", donde los visitantes tenían que hacer un recorrido con pruebas. Primero el mago y un acertijo, después un caballero de las Cruzadas con una fruta que había que entregar a la bruja mágica, quien la cambiaba por velas mágicas para el dragón. Una impresionante creación móvil con luces y humo que conquistó a los que lo vivieron.

En "La tierra de los muertos" un ambiente tétrico, también con un recorrido de sustos ideado por Rocío Ruiz. "Nos va la marcha y todos los años nos gusta arrastrarnos por el suelo", decía mientras los visitantes salían despavoridos huyendo de los brazos de los zombis que poblaban el itinerario y que podían salir hasta del armario.

Pese al miedo, los pequeños y adolescentes de La Fresneda disfrutaron de lo lindo con el "truco o trato" en cada casa con decoración. Unas chuches que bien valían ser presas del pánico durante unos minutos. Aunque no todas las casas encantadas eran tan terroríficas. "La araña Noa" no podía ser más buena y dulce. Noa Arias, de once meses, recibía en su trona a los visitantes y repartía caramelos en el cementerio que prepararon sus padres, Alberto Arias y Monique Landa, a la entrada de la casa. "Hay de todo un poco pero no cosas sangrientas para los más pequeños", comentó.

Tampoco en "No es serio este cementerio" se pasaron con el miedo. "Hay muchos niños pequeños y se asustan, pensamos en una decoración de Halloween pero para que lo pasen bien", explicó Beatriz González. La pequeña Valeria Rodríguez advertía en la entrada que la casa "era tenebrosa pero de broma". Y como remate final "Fear in the house", donde esperaba Frankenstein, el demonio y sus zombis en medio de un espeso humo. "Se disfruta mucho y a la gente le gusta", explicó Susana Martínez.

Una noche de pánico en La Fresneda pero con un final dulce. Llenos de caramelos.

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