Javier Fernández ha dado carpetazo defiinitivo a nuevas rebajas fiscales para 2018, lo que equivale a descartar un nuevo pacto presupuestario con el PP y Ciudadanos, similar al de este año. El presidente del Principado ha puesto boca arriba las cartas de la negociación del Presupuesto en sus respuestas a los portavoces del PP e IU, en el pleno que esta mañana se celebra en la Junta General del Principado. El cara a cara con los portavoces de la oposición también le ha permitido confesar en sede parlamentaria su nula capacidad de "influencia" en la nueva dirección federal del PSOE, de Pedro Sánchez y la asturiana Adriana Lastra.

Javier Fernández abundó en una tesis a la que ya ha recurrido en los últimos meses en más de una ocasión: si el apoyo del PP y Ciudadanos depende de las nuevas rebajas fiscales que pretenden sus portavoces, Mercedes Fernández y Nicanor García, el Gobierno regional ya no dispone de margen, tras aceptar este año la rebaja de Sucesiones para alimentar el "error de salto" y favorecer la trasmisión de empresas o explotaciones agroganaderas. "Si acepto sus pretensiones habré desnaturalizando el programa con el que me presenté a las elecciones", argumentó el presidente del Principado, quien aclaró a Mercedes Fernández que sus reparos a reeditar el acuerdo no obedecen a la presión que pueda ejercer la nueva dirección federal socialista de Pedro Sánchez en Madrid y de Adrián Barbón en Asturias. Poco después fue del todo sincero cuando el portavoz de Ciudadanos le instó a echar un cable para que el PSOE apoye los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso. "Si espera que sea cauce ante la cúpula federal del PSOE no tengo posibilidad de influencia. No han recurrido a la persona adecuada", admitió Javier Fernández en un comentario que despertó sornirsads, que fueron de complicidad en la bancada socialista. El intercambio sobre este último extremo con Cristina Coto (Foro) fue menos amable. La portavoz forista señaló a Javier Fernández como "el Puigdemont asturiano" al preguntar por el voto contrario del PSOE en el Congreso a la minería del carbón y le urgió a "coger el teléfono para llamar a Adriana Lastra". La respuesta del Presidente fue seca y dura: "en su partido tienen un hígado político para metabolizar cualquier indecencia".